La Aduana no es un edificio apropiado –le falta luz, aire, espacio– y en la Casa del Cuño la acústica no funciona, y aún así esta Feria del Libro dedicada a Centroamérica trajo muchas alegrías. Es un intento –como Centroamérica Cuenta, pero más modesto– por integrar una región culturalmente balcanizada. Y tuvimos escritores y escritoras, editores y editoras de otros países con los que pudimos compartir planes y esperanzas: lograr que nuestros libros circulen e ir juntos como región a la FIL Guadalajara 2016.
El público acudió numeroso. Fue enternecedor ver niñas lanzarse con avidez sobre los libros rogando a los padres que se los compraran. Una, en el puesto de la editorial La Jirafa y yo, exclamó, abriendo los brazos: "¡Yo los quiero todos!".
Llegaron libros nuevos centroamericanos. Recomiendo Camino de hormigas , de Miguel Huezo Mixco (El Salvador), Sara , de Sergio Ramírez (Nicaragua) y El asesino melancólico , de Jacinta Escudos (El Salvador). Gioconda Belli leyó dos escenas magistrales, una de su más reciente novela El ardiente calor de la luna y otra de su novela El país de las mujeres . Muy emotivo el homenaje a los 90 años del poeta nicaragüense Ernesto Cardenal. Muy interesante la presentación en el teatro Nacional de Sergio Ramírez dialogando con Carlos Cortés y Miguel Huezo sobre Sara .
Entre las novedades ticas destaca el segundo libro de Warren Ulloa: Elefantes de Grafito , una novela policial; la segunda novela de Nacer Wabeau: Condenado sin proceso , y la última novela de José Ricardo Chaves: Espectros de Nueva York . Entre los libros infantiles, el de Viky Ramos, escrito e ilustrado por ella: la historia verdadera de su perro lazarillo, Donnie . Y Ana Rana tiene sed , un cuento para niños escrito por esta servidora sobre los efectos del cambio climático en las ranas verdinegras, ilustrado bellamente por Adrián González.