Recomiendo a las mujeres, y a los hombres que quieren conocerlas mejor, el maravilloso libro de la psicoanalista junguiana Jean Shinoda Bolen: Las diosas de cada mujer , o su original en inglés: Goddesses in everywomen .
La tesis que la autora ha corroborado en su trabajo de varias décadas como psicoanalista, es que en la psique de las mujeres hay arquetipos femeninos que vienen de lo más profundo de la cultura patriarcal grecorromana que nos define como occidentales. Estos arquetipos, que se activan juntos o por separado en distintas etapas o a lo largo de la vida, corresponden a las diosas de la mitología griega.
Ojo: no se habla de estereotipos sino de arquetipos, que son figuras complejas, contradictorias, llenas de matices, y pertenecen a la psique más que a la sociedad; por eso las diosas en cada mujer sobrevivieron a los estereotipos cristianos de castas o putas.
Gracias a este libro las mujeres nos damos cuenta de que cuando somos independientes, fuertes, aventureras, ejecutivas y odiamos las posiciones de víctima, no es que seamos hombrunas o que hayamos interiorizado salvadores patrones masculinos, no.
Al contrario: estamos siendo súper femeninas: activando el arquetipo de Artemisa, una de las tres diosas invulnerables. O quizás el de Atenea, otra de ellas. Y cuando queremos estar solas y meternos en nuestra interioridad, es el arquetipo de Hestia el que funciona.
Pero ¡ay!, en algunas etapas de nuestras vidas, solemos activar arquetipos de diosas vulnerables, como Hera, la esposa fiel pero celosa y vengativa, o Deméter, la madre generosa que se entrega y después sufre, o Perséfone, la eterna muchacha.
Solo hay una diosa interna que es pura luz y arte, sin sombra ni sufrimiento, y esta es la diosa alquímica, Afrodita, presente cuando una persona crea algo nuevo con pasión.