Columna empresas: Antídoto

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La publicidad es un buen aliado de la innovación y la creatividad, algo muy relacionado con el progreso y con el sentido de la vida.

A pesar de ello, suele ser más vulnerable que otras ramas de la comercialización. Así pues, la publicidad puede convertirse en la parte crítica a la cual le recaen algunos problemas, no solo del proceso del mercadeo, sino de todo el sistema del negocio de una empresa o institución.

Ahora también llama la atención que algunos especialistas comiencen a ceder en sus convicciones sobre las bondades de la comunicación comercial, precisamente en el momento que es imperioso afirmarlas y llevarlas a mejores niveles de comprensión.

Es evidente que, ante los cambios que se dan en el mercado y en el mismo consumidor, la publicidad tenga que renovar sus creencias. Muchas veces solo trasciende un lado frívolo de ella, más hoy también cuenta insistir sobre lo básico: no es un gasto sino una inversión, no es un lujo sino una necesidad de información del consumidor. Constituye un capital en imagen que siempre sumará positivo si es constante y consistente.

La que vivimos es una coyuntura transitoria, en la que es preciso preservar las fortalezas propias de cada marca y el valor de la imagen, con una actitud de lúcido optimismo en lo concerniente a la exposición en diferentes medios.

Hoy hay que esforzarse en preservar la relación anunciante y agencia bien entendida. No es muy buen momento para desaprovechar la experiencia acumulada que se gesta entre las partes. Lo mejor es seguir ejercitándose para capitalizar lo aprendido. Para crear, confiar y desarrollar proyectos conjuntos que puedan beneficiar la imagen de las empresas, la sociedad y la movilización económica general.

Compartir en la innovación y la creatividad puede ser un buen antídoto para resistir una situación poco común.