Hechos ocurridos en la última década, como el colapso de compañías de alto perfil, la volatilidad económica, y el crecimiento de regulaciones, han colocado a las juntas directivas bajo un gran escrutinio de parte de reguladores, accionistas, medios de comunicación y analistas. Esto ha conducido a aumentar las expectativas por un gobierno corporativo mejorado y por una mejor administración del riesgo.
Algunas acciones puntuales que pueden ayudar a hacer posible un enfoque de gobierno inteligente frente al riesgo son:
1. Definir el rol que tiene la junta respecto de la vigilancia del riesgo; 2. Fomentar una cultura inteligente frente al riesgo; 3. Entender y aprobar un apetito apropiado por el riesgo; 4. Ayudar a la administración a incorporar, en la estrategia, el pensamiento estratégico sobre el riesgo; 5. Valorar la “madurez” del proceso de gobierno del riesgo; 6. Asegurar que la organización revela a los accionistas la historia relacionada con el riesgo.
La experiencia indica que las juntas efectivas tienen prácticas, estrategias, procesos y enfoques de administración del riesgo que, por un lado, abarcan todo el negocio, pero que a su vez abordan todo el espectro de los riesgos posibles. También dan peso importante a la probabilidad y a la vulnerabilidad y consideran no solo los eventos individuales, sino la interacción de los múltiples riesgos. Asimismo, toman decisiones estratégicas que surgen de procesos informados por el riesgo.