Construir un “equipo estrella” a nivel ejecutivo, que trabaje por objetivos comunes, mejorará los procesos de toma de decisión e incrementará las probabilidades de lograr los resultados esperados. A mediano plazo, tendrá impacto en la cultura organizacional, en su dirección estratégica y en su capacidad para innovar.
Sin embargo, mantener sostenidamente este tipo de equipo es todo un reto, porque su éxito depende de la idiosincrasia individual, con objetivos y estilos de trabajo diferentes, que fácilmente pueden generar conflicto, desconfianza, ausencia de compromiso y evasión de responsabilidades.
Con cierta frecuencia se observan grupos de ejecutivos talentosos y más experimentados que en la de empresas competidoras y, sin embargo, son jugadores de segunda categoría en su industria. Mientras que en las empresas líderes, la capacidad de trabajo en equipo de sus ejecutivos marca la diferencia.
Dada esta diferenciación competitiva, ¿cómo se puede maximizar la efectividad del equipo ejecutivo? Todo depende del estilo de liderazgo del CEO o Gerente General. Aquellos que tienden a construir un equipo colaborativo, aunque se reservan la decisión final, son los que saben diferenciar entre las decisiones que son mejor tomadas de manera colaborativa vía discusiones y consenso, de aquellas que él o ella toman aisladamente después de consultar y recibir insumos.
Tanto la investigación como la experiencia muestran que el tipo de liderazgo colaborativo posiciona a la empresa para tener éxito, facilitando discusiones sanas sobre temas vitales y establece un tono en la empresa que impulsa el compromiso y valora la gente.
Empero, desarrollar este tipo de equipo ejecutivo requiere una inversión de tiempo y esfuerzo significativa porque involucra generar confianza y acuerdos entre los miembros del equipo.