Continuando con la serie de artículos que anuncié en mi columna anterior, ahora me voy a referir a otro de los errores comunes de los líderes que denominaremos “No dedicar tiempo al equipo”.
Es abrumadora la gran cantidad de ocupaciones de los ejecutivos de hoy, además de las decenas de llamadas telefónicas, correos electrónicos, tuits, chats, etc., lo cual los deja sin tiempo para atender las necesidades de sus equipos de trabajo.
Sin embargo, no hay nada más desmotivante para los subalternos que no saber cuándo se puede conversar con el jefe y, peor aún, si por fin se logra colar en su oficina, este lo interrumpe en repetidas ocasiones para atender llamadas, secretarias y más.
Con mucha facilidad los líderes pierden la perspectiva de que su función más importante en la empresa es facilitar el trabajo de su equipo y, para ello, deben estar atentos no solo a sus necesidades para lograr los objetivos, sino también para sorprenderlos haciendo cosas extraordinarias para felicitarlos y celebrar sus éxitos más significativos.
En los años 80, Tom Peters y Robert H. Waterman acuñaron el término “Management By Wandering Around”, para referirse a un nuevo estilo gerencial que consistía en caminar por las operaciones de la empresa, sin una estructura determinada y de manera aleatoria, con el propósito de verificar con sus colaboradores en sitio, el estatus de los trabajos en proceso. A pesar de que ya han pasado más de 30 años de estos hallazgos, aún se perciben grandes beneficios de este estilo de gerencia y continúan siendo muy pocos los que lo practican con éxito.
Ya es hora de cambiar los esquemas de trabajo, delegando las tareas que no le son indispensables, para que libere su agenda para desarrollar una de sus tareas más significativas: Dedicar tiempo y espacio para escuchar y apoyar a sus seguidores.