Columna Empresas del Siglo XXI: Por qué un buen jingle es importante para su producto

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Un jingle no es una canción con ocurrencias, es una melodia con fines comerciales y objetivos concretos.

Pegajosa y con una métrica que penetra armónicamente la memoria. Es la más exitosa herramienta que ha tenido la publicidad en todos los tiempos para alegrar al consumidor y acercarlo estrechamente al producto anunciado. Despierta los sentidos para avivar la conciencia y crear buena voluntad hacia algo o alguien.

Su impacto debe ser breve para no cansar el oído. Tampoco muy complicado, sin llegar al extremo de ser muy elemental. Es importante que un buen músico y su inspiración estén detrás de su ejecución, aunque el autor intelectual sea un buen comunicador.

Quienes adversan su uso dicen que con ellos no se ganan muchos premios y que son válidos solo para productos masivos. Son opiniones diversas, todas dignas de respetar.

Lo cierto es que el jingle es contundente, logra penetración rápida y asegura una alta recordación de marca.

Aunque existen varias fórmulas para hacerlos, no siempre se aplican igual. Cada producto o servicio es único y merece una atención especial y conveniente por parte de la comunicación. Lo mismo que ocurre con las estrategias de mercadeo y publicidad.

Además de tener partes chiclosas que se pegan sin darnos cuenta, muchas veces los jingles resaltan momentos, valores, creencias o costumbres muy arraigadas entre nosotros. Otro buen motivo que se suma a su buena tarea dentro de la melodía comercial.