Columna empresas: Espacio

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Pensar que una persona al ir a comprar un televisor sólo se plantea la opción entre una u otra marca, ya puede comenzar a sonar como algo ingenuo, pues hoy todo compite contra todo. El consumidor, cada vez en mayor proporción, debe optar entre un televisor, un celular o una computadora. Tal vez la alternativa sea un fin de semana en la playa o la montaña, cambiar las llantas del carro o simplemente comprar ropa nueva.

Este forcejeo cruzado de los mercados, aún no advertido con claridad por muchas empresas e instituciones, es una de las claves comerciales del presente. Aunque es cierto que los segmentos crecen en proporción al desarrollo, cada día, este dramático encontronazo dentro del bolsillo del consumidor será mayor.

Todos los productos o servicios serán competidores entre sí, estén cerca o lejos de su radio de acción porque el potencial comprador está ante la opción de gastar su dinero en la cuota del gimnasio o de ampliar su canasta de víveres, de salir al cine y comer con su familia en un restaurante o adquirir un mueble bonito.

Son tiempos diferentes para quienes hacen mercadeo y comunicación. Hay que romper paradigmas y estructuras rígidas del pensamiento comercial. Los consumidores serán más indolentes y es preciso conmoverlos para ayudarlos a elegir. Habrá que pensar y estructurar cada mensaje o estrategia para ajustarlos a las necesidades del presente.

La comunicación comercial inteligente, estratégica, eficiente y creativa puede ser el elemento de la mezcla que haga la diferencia y sume para convencer a favor del producto o servicio de un anunciante.

Ahora todos reconocen como verdad cuando se dice que no existe ningún momento en que sea conveniente interrumpir totalmente la publicidad hacia los consumidores, pues se puede perder un espacio que luego será más costoso y difícil de recuperar.