Columna empresas: Junta directiva y estrategia

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Una de las funciones más importante de la junta directiva es aprobar la estrategia que la empresa implementará, con una visión de corto y largo plazo. Sin embargo, existen diferentes prácticas en su manejo, desde aquellas que la aprueban ante la presentación de la presidencia/gerencia, con observaciones, hasta las juntas que se preparan, asegurando tiempo para un escrutinio riguroso y una contribución de valor en la definición de la estrategia corporativa.

Este abordaje tan diferenciado depende mucho de la dinámica establecida entre la gerencia y junta directiva. Por ejemplo, hay gerentes que establecen una agenda controlada para la discusión estratégica, creando un ambiente limitado de información relevante y generación de discusión, y aquellos que están invariablemente comprometidos con una estrategia, excluyendo opciones o, peor aún, que presentan dificultad en admitir errores del pasado y se aferran a una estrategia que no cumple con las expectativas de los accionistas.

Por otro lado, las juntas han contribuido en este proceso, siendo poco fuertes en retar constructivamente a la gerencia, muchas veces porque no cuentan con suficiente información o porque sienten que violan las normas para el debate dentro de la junta.

¿Qué hacen las Juntas efectivas? Revisan alternativas, cuestionan y añaden perspectivas. Pero, principalmente, se aseguran que el proceso haya sido suficientemente robusto para considerar un rango apropiado de opciones y evaluarlas adecuadamente.

Para ello, utilizan diferentes vehículos, como agendar reuniones extensas dedicadas exclusivamente a estrategia, crear un comité cuyas conclusiones y recomendaciones sean presentadas a la junta, contar con un asesor, experto en la industria y geografías donde la empresa quiere crecer, o con especialistas externos en desarrollo estratégico.