Columna empresas: Modelo de gestión estatal

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¿Qué papel debe desempeñar el Estado? ¿Cuál es la relación apropiada entre el Estado, los ciudadanos, el mercado y la sociedad? ¿Cómo se deben administrar, brindar y evaluar los servicios públicos?

Un debate profundo del rol del Estado debería enmarcar la actual campaña política, permitiendo aclarar, en estos términos, la agenda de los candidatos. La discusión tradicional de estado grande versus pequeño ha dado paso a perspectivas más sofisticadas aplicadas a la transformación del Estado.

Observamos en países desarrollados una gestión estatal más estratégica, que redistribuye su poder y que, en una época posburocrática, busca liberar recursos a los agentes productivos del país para hacer crecer la economía y generar empleo. Muchos de ellos, se acostumbraron a un crecimiento económico sostenido, acompañado de un incremento real desmedido en el gasto público, que generó una situación fiscal precaria con una explosión de deuda pública.

Sin embargo, algunos han logrado cambiar el rol del Gobierno Central, dejando la microadministración de los servicios públicos y, en su lugar, facilitan su innovación de cara a las prioridades nacionales. Su rol va más encaminado a establecer estándares de servicio y actuar como guardián de su cumplimiento, interviniendo solo en circunstancias excepcionales. Lo anterior supone, la creación de alianzas y sociedades con terceros, como empresas sociales, grupos voluntarios y el sector privado para la entrega de servicios públicos.

Un ejemplo es Inglaterra, que en los últimos 10 años ha creado una economía mixta en servicio público, en donde el sector privado es el principal proveedor pero las empresas sociales ya emplean 650.000 personas. Y, lo más importante es que han logrado brindarle más opciones a la sociedad, reducir sus costos y mejorar la calidad del servicio.