Una de las primeras bebidas que sedujo mis sentidos y me introdujo al mundo de los destilados fue el aromático y ligeramente dulzón bourbon .
Se diferencia de su eterno rival, el scotch whisky , en dos características principales.
La primera y la más obvia es el origen. El scotch whisky es el clásico por antonomasia, el whisky propiamente dicho, elaborado en Escocia.
El bourbon whiskey , es más conocido como bourbon simplemente y proviene del gran país del norte. Muchos piensan que es elaborado exclusivamente en Kentucky, sin embargo, hay destilerías en otras partes de Estados Unidos.
La otra gran diferencia es el ingrediente principal utilizado en su elaboración. En el caso del scotch whisky , podemos encontrar dos tipos: los elaborados exclusivamente de cebada malteada, conocidos como single malt , y los single grain , elaborados con una mezcla de cebada y granos enteros de otros cereales. En el caso de mi querido bourbon , el ingrediente principal y mayoritario debe ser el maíz, el cual es mezclado con pequeñas proporciones de otros granos conocidos como granos pequeños, no solo por las pequeñas porciones utilizadas, sino también por su tamaño menor en comparación con el del maíz.
Otra particularidad del bourbon es la obligatoriedad de ser envejecido en barriles nuevos de roble, lo que le da sus característicos y marcados aromas de vainilla, roble y caramelo. Luego de albergar a esta bebida, estos barriles quedan cargaditos de sus cautivantes sabores y son utilizados para el añejamiento de otros destilados, incluyendo renombrados rones.
Para los que no han tenido la oportunidad de disfrutar de un buen bourbon , al igual que en la mayoría de los destilados, las versiones más finas y complejas se recomiendan a temperatura ambiente, solas o con un chorrito de agua, de preferencia filtrada, mientras que si se trata de versiones más sencillas, son una excelente alternativa para elaborar cocteles.