Columna Puro Vino y más: ¿Enólogo o sommelier?

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En el mosaico de condiciones que ofrece el mundo del vino, hay regiones que destacan sus Syrah. Con alrededor de 17.000 hectáreas distribuidas entre los principales países productores, esta se las arregla para ofrecer diferentes caras que conquistan cada vez más paladares en el mundo.

En Francia echó raíces en el conocido Valle del Ródano, siendo típicamente mezclado en el sur y más solitario en el norte. En Côtes du Rhône AOC, aporta aromas especiados, color y estructura a la variedad base Grenache. En el norte se destaca en 4 denominaciones casi emblemáticas. Cornas AOC produce vinos con buen potencial de añejamiento y sabores que en su juventud expresan tartas de frutas rojas y cacao, adquiriendo especias, notas anisadas, cuero, pimienta, trufas y extraordinaria redondez de taninos con la maduración. Hermitage AOC, permite su mezcla con hasta 15% de Roussanne y Marsanne, entrega vinos potentes, carnosos y robustos que adquieren redondez y flexibilidad con la guarda y exquisitas notas de violetas, especias y cassis. St. Joseph AOC también permite su mezcla con Roussanne y Marsanne limitándola solo a un 10% entre ambas. También son vinos robustos pero con notas de pimienta y delicados recuerdos de violeta, siendo la uva Syrah la responsable de su elegante y casi oscura personalidad aromática.

Por último Côte-Rôtie la mezcla con pequeñas cantidades de la blanca Viognier aportándole fineza aromática. Son vinos de extraordinaria calidad de color rojo rubí e importante contenido tánico, aromas de fruta roja o negra y notas de violeta, evolucionando a cedro, cuero, tabaco y café con la maduración en botella.

Si tienen la oportunidad de encontrarse con estas denominaciones, no pierdan la oportunidad de probarlas. En Costa Rica estamos más acostumbrados a los representantes del Nuevo Mundo y estoy segura que para muchos sería una agradable sorpresa.