Columna Puro Vino y más: Sobre el Absinthe

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Esta semana, investigando, me encontré con una bebida que llamó particularmente mi atención: el Absinthe o licor de ajenjo, conocida popularmente como el Duende Verde, por su característico color y por sus supuestas propiedades alucinógenas.

Grandes de la historia del arte como Vincent van Gogh, Henri de Toulouse-Lautrec, Paul Gauguin y Picasso han sido ligados a esta bebida, ya sea por comprobado consumo permanente o, por lo menos, por plasmarla en varias de sus obras. En el cine también ha tenido importantes incursiones, en compañía de actores de alto calibre como Johnny Depp y Leonardo DiCaprio.

A pesar de que existen evidencias de la utilización de elíxires elaborados a base de ajenjo con fines medicinales desde la antigua Grecia, esta enigmática bebida pertenece al clan de las de origen desconocido, sin embargo, se dice que la receta se guardaba con mucho recelo en la República Checa.

En su elaboración participan diferentes especies vegetales, como flores y hojas de ajenjo, anís verde, hinojo y otras hierbas medicinales y culinarias.

Dado que en su elaboración no incluye la adición de azúcar, técnicamente es un destilado y no un licor, como erróneamente se le clasifica con frecuencia.

Su alta graduación alcohólica determina que en muchas ocasiones se le diluya con agua para su consumo.

De acuerdo con lo que describen los entendidos, entre sus muy particulares propiedades estimulantes, el consumo produce una especial agudización de los sentidos y una marcada sensación de bienestar, siendo diferente el efecto en cada individuo.

Para disfrutarlo puede elaborar el famoso Hada Verde, vertiéndolo en un vaso con hielo y colocando una cuchara con un terrón de azúcar sobre el vaso. Humedezca el terrón de azúcar con un poco más de Absinthe y enciéndalo con mucho cuidado para que se caramelice. Cuando se haya extinguido el fuego, incorpore al Absinthe y bébalo inmediatamente o diluido con un poco de agua.