¿Cómo llega la ropa usada a Costa Rica?

Norteamericanos donan artículos a organizaciones de caridad que luego las venden a terceros y las exportan

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Las prendas que usted encuentra en las tiendas de ropa usada o “americana” como Paca Loca, Sinaí, Renovación y Cleveland fueron donadas en su mayoría por ciudadanos norteamericanos a organizaciones de caridad.

Goodwill y The Salvation Army son dos de las instituciones que reciben la ropa que estadounidenses y canadienses desean entregar para colaborar con las causas sociales que estas manejan como centros de rehabilitación, entrenamientos de reintegración a la sociedad, educación, etc.

Cada entidad mantiene una red de tiendas en donde se venden todo tipo de artículos, también incluidos artefactos elecrónicos y otros objetos de uso doméstico, cuyas ganancias se dedican enteramente a las obras de caridad.

Goodwill por ejemplo opera 2.700 locales en Estados Unidos y Canadá, mientras The Salvation Army cuenta con alrededor de 1.500 solo en Estados Unidos. A pesar de la inmensa cantidad de puntos de venta, la mercadería es tanta que estas organizaciones terminan vendiéndola a intermediarios que la exportan o las comercializan directamente al exterior.

En Costa Rica, empresarios del sector como Mahmood Berahimi, dueño de las cadenas Paca Loca y Orange Blue, y Luis Rojas, socio de Importadora Mavi en Alajuela, aceptan comprar así las prendas que venden localmente.

De hecho, entre 2007 y 2012, el 87% de ropa usada importada vino desde EE. UU. y el 10% de Canadá.

Un detalle curioso del proceso es que Goodwill y The Salvation Army no aceptan cualquier tipo de prendas, sino que también imponen estándares de higiene y estado para quienes desean donar.

Aún así, las autoridades sanitarias obligan a los comerciantes a fumigar su ropa antes de comercializarla.

Quienes donan la ropa a estas organizaciones también tienen la ventaja de hacer deducciones de impuestos en sus declaraciones anuales.

¿Premium o cruda?

Cuando los importadores viajan a Norteamérica a comprar las prendas que luego venderán en Costa Rica, tienen la oportunidad de seleccionar la mercadería de acuerdo a sus estándares o bien, aceptar los paquetes o pacas ya hechas sin oportunidad de verlas antes.

Si lo hacen, las prendas que importan se catalogan en el mercado como "premium" y se venden a un precio promedio de $4,95 por prenda. De lo contrario, se clasifican como "crudas" y el valor medio es cercano al $0,30. En una paca común importada a Costa Rica, cerca del 35% de las prendas es premium.

Marcas como Nautica, Levi's, Lee y Tommy Hilfiger se mezclan en los paquetes que por lo general pesan 1.000 libras y pueden contener hasta 3.000 prendas en promedio.

Esta cifra puede variar por ejemplo, cuando se trata de ropa de niño y llegar hasta 4.500, según reconocieron empresarios del sector.

Al ponderar el precio, se tiene que un artículo de estos puede comercializarse en $1,93 en nuestro país, dando como resultado una industria que en el 2012 generó al menos $125 millones.

Negocio cuestionado

El mercado de la ropa usada en Costa Rica es cuestionado por importadores de ropa nueva y productores textiles a nivel local, pues alegan que este sector cuenta con ventajas desproporcionadas.

Por ejemplo, los importadores de prensas usadas no son obligados a etiquetar la mercadería. Por lo tanto, no se sabe de dónde viene realmente lo que el consumidor compra.

"Cualquier diferencia en los procesos de llevar las prendas al punto de venta representa una ventaja en el costo. Menor tiempo de preparación, menos personal, menor gasto de insumos, etc. Todo esto se traduce en un costo menor en las prendas", explica Julio Barquero, gerente general de tiendas Yamuni.

Empero, las tiendas de ropa americana tienen el deber de indicar a sus clientes que se trata de prendas usadas. De lo contrario, Cynthia Zapata, directora de la Dirección de Apoyo al Consumidor del Ministerio de Economía, señaló que este tipo de infracciones a la Ley podrán ser sancionadas por la Comisión Nacional del Consumidor y dar origen a la imposición de multas que van de los 10 a los 40 salarios base por información omisa o inadecuada.

Otro de los cuestionamientos tiene que ver con la recaudación de impuestos del sector. Datos del Ministerio de Hacienda hablan de solo $2,1 millones aportados en el 2012.

"No vale la pena concentrarse en la ropa usada como mercancía sino que las Aduanas, la Tributación y la Policía de Control Fiscal todos están cooperando en los últimos meses para identificar los importadores y distribuidores que están subdeclarando, no sólo lo que importan para efectos de impuesto de ventas y aduaneros, sino también los impuestos de renta en Tributación", dijo al respecto Álvaro Ramos, viceministro de Ingresos.