Construir food trucks, el nuevo negocio de las agencias de vehículos ticas

Grupo Purdy Motor, Distrito Automotriz y Veinsa quieren entregar productos "llave en mano"

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Las agencias de autos costarricenses quieren saborear nuevos ingresos a través de la construcción y comercialización de food trucks (camiones de comida).

Grupo Purdy Motor, Grupo Q, Distrito Automotriz y Veinsa, son algunas de las empresas que detectaron como ha aumentado la popularidad de los restaurantes sobre ruedas durante los últimos cuatro años.

En Costa Rica se han contabilizado cerca de 36 empresas que disponen de camiones de comida. Muchos de ellos tuvieron que contratar los servicios de diferentes negocios para construir su unidad, por ejemplo, Sushi to Go y Go Fish.

Ahora las agencias de vehículos esperan aumentar el número de food trucks disponibles en el mercado costarricense al entregar un producto "llave en mano". Es decir, listo para rodar y estacionarse en sitios públicos y privados.

Eso sí, es importante recordar que en el país no existe una legislación nacional sobre el uso de camiones de comida en espacios públicos, por lo que cada municipalidad se encarga de gestionar los permisos bajo la figura legal que considere adecuada.

Normalmente al atender trámites para eventos privados, buscan un modelo similar como el de restaurante, catering service o servicio a domicilio. Mientras que, cuando son servicios en espacios públicos, lo relacionan a actividades especiales como las fiestas de Palmares o el Festival Gastronómico Escalante.

Esto evidencia que, pese a que la oferta y demanda de food trucks crece en Costa Rica, la reglas en municipios y a nivel país, no avanzan o dan mayor certidumbre a este negocio.

¿Cuál es la oferta de las agencias?

Grupo Purdy Motor ofrece, desde abril pasado, tres modelos de la marca Hino: uno de 2,5 toneladas y otro de 3,5 toneladas con chasis corto, así como, un modelo de 3,5 toneladas con chasis largo.

Para cada uno de ellos, la empresa tiene un diseño estándar tanto en carrocería como en equipo de cocina (que incluye extractores de aire y de grasa, freidores, planchas, cocina de gas y nevera), pero realizan las adaptaciones adicionales que el cliente solicite.

Los precios inician en los $22.000 y el proceso de confección del camión tarda de tres a cuatro semanas aproximadamente.

"Hemos notado un incremento significativo en la popularidad de los food trucks durante los últimos meses. Hino es uno de los líderes en Costa Rica en cuanto a ventas y tecnología de camiones, por ende, nos parece que debemos estar presentes en este negocio", explicó Allan Rodríguez, gerente de Purdy Vehículos Comerciales.

La empresa reporta tener más de 60 clientes interesados, con los cuales están trabajando de acuerdo a cada una de las solicitudes realizadas.

Al entregarse el producto, el cliente final es responsable de tramitar los permisos del Ministerio de Salud; sin embargo, la unidad entregada tiene la garantía de que cumple con los requisitos respectivos, y además, cuenta con certificaciones internacionales que lo respaldan.

Grupo Q, previendo el desarrollo y tendencia que se ha presentado en los últimos años sobre dicho esquema de negocio, cuenta con varios estilos de camiones que pueden convertirse en food trucks.

Su oferta está compuesta por unidades, de la marca Isuzu, que van de 2,5 a 11 toneladas, los cuales se habilitan con la carrocería según requerimientos y necesidades de los clientes (tal como temperatura controlada, sistema eléctrico, salidas de humo y sistema de agua).

La compañía ha logrado alianzas estratégicas con proveedores especializados en el armado y construcción de carrocerías, tanto para lograr la funcionalidad del equipo como para suplir las necesidades de diseño industrial y arquitectónico que los clientes ocupan.

El grupo no suministró el precio de sus modelos, pero indicó que cuentan con esquemas de financiamiento específicos para emprendedores y pymes mediante Credi Q.

Distrito Automotriz, por su parte, ofrece camiones de la marca JAC que van desde las 2,5 a las 5 toneladas que pueden ajustarse a las necesidades y creatividad de los clientes que busquen un camión para convertirlo en food truck.

La agencia ofrece sus modelos con precios que van desde los $18.990 y carrocerías diseñadas para tener el camión de comida con el equipamiento necesario con costos que van desde los $6.000.

Finalmente Veinsa ofrece camiones desde 2,5 hasta 18 toneladas que puede adaptarse al formato de negocio. La firma indicó que en el pasado han apoyado en la construcción de este tipo de vehículos a cadenas de comida rápida, así como, a negocios particulares.

No suministraron el precio de sus unidades ni la marca de sus modelos.

Firmas que armaron su negocio sobre ruedas

Sushi to Go y Go Fish, son dos empresas que decidieron construir su propio camión con la ayuda de diversos proveedores y hasta con sus propias manos.

El food truck de Sushi to Go está equipado con barra refrigerada para dos susheros, mesa de trabajo con fregadero, estantes en acero inoxidable, punto de venta (software y hadware), mostrador de madera, rotulación digital en todo el camión y un rótulo con el nombre del negocio en letras de cajón con luces leds.

El gerente de la franquicia, Stuart Cedeño, explicó que un amigo importador de autos le vendió el camión acondicionado con sistema eléctrico y que del resto se encargaron diversos proveedores nacionales (como Equipos Macadi y ICG) y mano propia.

Para tenerlo listo pasó aproximadamente un mes y el costo de la móvil rondó los $16.500.

Go Fish tiene un food truck que cuenta con, entre otros elementos, sistema de gas flexible, mesas de trabajo de acero inoxidable, mesa fría, equipo de congelación y refrigeración, freidoras, cocina con cuatro quemadores, parrilla, calentadores, campana de extracción, así como el hardware y software para llevar el control de ventas y de inventario.

El camión lo adquirió a través de un sitio web para la venta de vehículos en Costa Rica y se apoyó en proveedores como Keith & Ramírez, Equipos Nieto y otros.

Con ambas opciones para construir un food truck (ya sea de manera independiente o a través de una agencia de autos) surge el cuestionamiento de si este nicho del mercado tiene suficiente espacio para crecer o si se le está destinando a la saturación.