Tamales, pavo, frijoles con cerdo, una pasta sencilla o una fiesta con boquitas para compartir ¿cómo elegirá el mejor vino para acompañar esos platillos en sus actividades de Navidad y fin de año? Juan Pablo García, sommelier y wine ambassador de la marca Emiliana, grabó sus recomendaciones en video para los seguidores de EF.
García comenta que "el maridaje es cosa de probar, es la relación entre el vino y la comida: es un matrimonio. La base es entender que platos pesados van siempre con vinos más estructurados, con más guarda, más complejos, mientras los platos livianos van con vinos más fáciles de tomar, vinos de introducción, livianos, blancos".
Sobre esto, el experto aclara que "cuando hablamos de complejidad, se trata de vinos que no son comunes, que tienen más estructura y uno busca notas secundarias y terciarias. Hay vinos por ejemplo que en nariz son una cosa y en boca son otra y eso los hace ser más interesantes. Generalmente detrás de cada etiqueta hay una historia".
Entre las recomendaciones de García se destaca la de tomar en cuenta siempre las salsas, además del plato principal, porque sus sabores pueden cambiar la relación entre la comida y el vino.
Además, quienes están comenzando a consumir vino o han probado pocas variedades, deben tomar en cuenta dos cosas: "no pueden comenzar con vinos complejos, ni buscar cepas tan agresivas como cabernet sauvignon o syrah, es mejor empezar con blancos, rosados. La otra es tener en cuenta la temperatura de servicio: eso marca si es rico o no".
Sobre la temperatura de los vinos ya Paulina Anex-dit-Chenaud había compartido información en su columna Puro Vino y más. Como consejo adicional, García recomienda que el vino recién comprado en el supermercado debe pasar al menos una hora, en el caso de los tintos, y hasta dos, para blancos y rosados. "No lo enfríe de más, porque sabrá amargo", asegura.
Una botella de vino abierta puede conservar la mayoría de sus características durante un día, pero es preferible que la consuma en una sola velada y con buena compañía.