EF Explica: Conozca las diferencias entre la oferta local de Airbnb y los hoteles

ICT apuntó que los servicios de empresas de hospedaje no tradicional complementan la oferta turística tradicional y son una herramienta más de comercialización en el país

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De cara al proceso de desconfinamiento y reactivación los costarricenses parecen preferir viajar localmente y utilizar plataformas de hospedaje no tradicional como Airbnb. ¿A cuáles riesgos se exponen las personas que utilizan este tipo de sitios web? ¿Cuáles son las principales diferencias con la oferta hotelera?

Plataformas como Airbnb pertenecen a un modelo de negocio diferente al tradicional y está basado en el concepto de la economía colaborativa: un sistema socio-económico en torno a la puesta en común de los recursos físicos y humanos que llega hasta incluir la creación, producción, distribución, comercio y consumo compartido de bienes y servicios por parte de diferentes personas y organizaciones.

Para el Instituto Costarricense de Turismo, lejos de entorpecer el proceso de reactivación, consideran que los servicios de empresas de hospedaje no tradicional complementan la oferta turística tradicional y son una herramienta más de comercialización.

De acuerdo con analistas de la aplicación, el 70% de las búsquedas realizadas durante el mes de julio fueron por costarricenses interesados en viajar dentro del país. Este comportamiento es nuevo, pues en diciembre del 2019 el 76% de las búsquedas eran realizadas por extranjeros. Hoy representan el 30%.

Por otra parte, Flor Ayub, presidenta de la Cámara Costarricense de Hoteles (CCH), reconoció que muchas personas suelen escoger soluciones de hospedaje a través de Airbnb debido a los bajos costos y la posibilidad de tener un domicilio completo para compartir con su burbuja. Sin embargo, afirmó que mantener los precios bajos es más sencillo para los hospedajes informales debido a la poca regulación que tienen.

Shirley Calvo, directora ejecutiva de Canatur, coincidió con Ayub, aseveró que aunque ambos ofrecen servicios de alojamiento y se dirigen a mercados similares, difieren en la oferta de servicios.

“Nuestra posición nunca ha sido de oposición a la plataforma porque entendemos que es parte de los cambios tecnológicos y que su presencia en el país diversifica de la oferta de servicios al turista, pero, sin regulación, ponía una presión muy fuerte sobre el sector formal de hotelería”, argumentó Calvo

Factores que difieren

Marco Ureña, abogado de la firma Batalla, destacó que plataformas como Airbnb no deberían ser informales a partir de la aprobación de la Ley 9742 marco para la regularización del hospedaje no tradicional y su intermediación a través de plataformas digitales del 29 de octubre de 2019 y que entró en vigor el 1 de junio de 2020.

Con esta nueva ley, se crea un registro tanto de las empresas comercializadoras o intermediarias, Airbnb por ejemplo, y de las personas prestatarias del servicio de hospedaje no tradicional, ambos dentro del Instituto Costarricense de Turismo (ICT).

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1. Precio

Tanto Calvo como Ayub advirtieron que es difícil mantener una oferta competitiva si no todos tienen las mismas regulaciones. Sin embargo, Shirley Calvo agregó que contrario a la creencia de que en el país no hay tarifas accesibles para hacer turismo, estas sí existen.

“Es importante buscar con tiempo para reservar con anticipación, buscar destinos o zonas menos concurridas o pueblos cercanos a los centros turísticos y viajar en las épocas de menor demanda, estas son algunas alternativas”, comentó.

Por otra parte, los bajos precios de plataformas como Airbnb le ha permitido a las personas aprovechar el teletrabajo trasladarse hacia otros destinos y hospedarse en casas más grandes durante un tiempo prolongado para seguir trabajando desde allí.

De acuerdo, a datos de la plataforma durante julio, el 74% de las búsquedas fueron para reservas con una extensión de entre 2 y 6 noches. El porcentaje de búsquedas se duplicó para estancias de mediano y largo plazo (más de 7 noches) se duplicó, pasó de 5,7% en enero de 2020 a 10,2% en julio.

2. Seguridad

Ureña, aseguró que los principales riesgos legales a que se exponen las personas que reciben el servicio no son tan diferentes de los riesgos de alguien que alquila una habitación en un hotel, ambas son consumidoras de un servicio y, como tales, protegidos por la Ley 7472 de promoción de la competencia y defensa efectiva del consumidor.

Por otra parte, Calvo explicó que la seguridad es una ventaja que siguen teniendo los hoteles sobre este tipo de establecimientos, debido a que la ley de hospedaje no tradicional exige al prestador de sus alojamientos velar por la seguridad y la intimidad de las personas, pero, a la fecha carecen de un reglamento que le dé mayor sustento legal.

“Si bien, la plataforma posee políticas para velar por la seguridad de huéspedes, el cumplimiento queda en manos de cada arrendador, no en todos los casos se cuenta con un seguro si ocurre alguna situación a los huéspedes”, agregó.

Los clientes se arriesgan a que su hospedaje esté ubicado en un lugar inseguro, que la habitación reservada no está disponible o que el prestatario informe al cliente de cargos adicionales al momento de su llegada.

Todo este tipo de situaciones deben estar previstas y reguladas en el contrato privado que al efecto se firma el cual no puede ser abusivo de parte del comerciante en contra del consumidor. La Ley 9742 expresamente establece como una de las obligaciones de los prestatarios del servicio de hospedaje no tradicional “no generar cláusulas abusivas en los contratos, que impliquen la renuncia a los derechos contemplados en esta ley y otras leyes aplicables”.

3. Limpieza

Desde un punto de vista sanitario, tanto los hoteles tradicionales como las plataformas de hospedaje no tradicional aseguran haber reforzado sus protocolos debido a la pandemia. Los hoteles cuentan con lineamientos específicos, e inclusive desde antes de la emergencia.

Por otra parte, la plataforma de Airbnb dió a conocer que desde el pasado mes de junio, más de 1,2 millones de alojamientos en todo el mundo han sido registrados para seguir el “protocolo de limpieza avanzada”, en el cual el anfitrión se compromete a seguir una “rigurosa” sanitización de su hospedaje. Desde el lanzamiento del programa, los alojamientos que son parte de este protocolo han tenido una calificación de limpieza promedio de 4,8 estrellas, según las reseñas de los huéspedes.

4. Comodidades

Dependiendo del tipo de hotel estos pueden brindar aún más comodidades que el Airbnb, por ejemplo los hoteles todo incluido ofrecen, por un precio más elevado, todas las bebidas, comidas y muchas más facilidades.

En el caso de Airbnb existen riesgos como que el lugar en realidad es muy diferente de como lucía en las fotos o videos. También es posible que el anfitrión no cuente con lo detallado en el contrato.

5. Privacidad

Según datos de la plataforma Airbnb, las personas quieren viajar en familia o en pequeños grupos de amigos. Cerca del 51% de las búsquedas realizadas son para estadías de 4 o más huéspedes. Los usuarios quieren alojamientos enteros en donde poder interactuar y tener mayor privacidad y exclusividad junto a sus allegados.

6. Accesibilidad

Mediante Airbnb las personas tienen acceso a múltiples locaciones con diferentes comodidades o especificaciones, a diferencia de los hoteles donde la personas deben recurrir a varias páginas para encontrar el de su preferencia.

Las diferentes entidades intentan facilitar a las pequeñas y medianas empresas la visibilización mediante asesoría y divulgación de información en redes sociales y páginas web.

El ICT divulga las empresas turísticas que cuentan con la declaratoria turística, lo cual es un trámite voluntario que da garantías adicionales. Adicionalmente la campaña “Vamos a Turistear”, permite encontrar descuentos y ofertas en hospedaje de diversos tipos.

“La tecnología sigue siendo una barrera para muchos de estos emprendedores, por ejemplo, su capacidad de mercadearse en forma digital, la falta de motores de reservas propios que les permitan hacer ventas directas y los altos cobros por comisiones de las reservas que se hacen mediante las agencias de viajes en línea (OTA’s, en inglés) o motores de búsqueda, complica competir con una plataforma que facilita que agrupa diferentes opciones y facilita la búsqueda”, comentó Calvo de Canatur.