EF Explica: Esta es la acusación de Cofasa contra Cefa Fischel que lleva casi seis años sin resolverse

Cofasa asegura que hubo prácticas monopólicas en el 2010,2011 y 2012

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Han pasado casi seis años desde que la Compañía Farmacéutica S.A. (Cofasa) presentó una denuncia ante la Comisión para Promover la Competencia (Coprocom) por prácticas monopólicas supuestamente llevadas a cabo en el 2010,2011 y 2012.

¿Quiénes son los acusados? CEFA Central Farmacéutica, Nueva SAI Productos Farmacéuticos S.A, Farmacias EOS S.A., Laboratorios Internacionales Labin S.A. y Nueva Farmacia Fischel.

Todas ellas en manos de la farmacéutica chilena Socofar y la familia Garnier hasta julio del 2015 cuando la empresa costarricense Cuestamoras adquirió los negocios.

La firma local afirma que su unidad Cuestamoras Salud - a la que pertenece Cefa-Fischel- opera siempre y en cualquier caso con estricto apego a la ley y a las regulaciones.

¿De qué les acusan? En los documentos presentados ante la Coprocom los denunciantes señalan cinco presuntos hechos:

  • La implementación de estrategias de precios en las que sus farmacias vendían productos a los consumidores finales a precios inferiores a los que las empresas del supuesto grupo de interés económico vendían como mayoristas a sus competidores en la comercialización al detalle.
  • La existencia y alcance de acuerdos, convenios o contratos de suministro en los que las acusadas imponían a las farmacias condiciones relacionadas con la compra de porcentajes determinados de sus ventas, precios, plazos, facturación, uso de software para el manejo de inventarios y otros. Así como la existencia de condiciones en dichos contratos que establecían el porcentaje de compra a sus competidores y la forma de hacerlo.
  • La existencia y alcance de un sistema de administración de inventarios (supuestamente conocido como SAI) incorporado por las empresas acusadas en los contratos de suministro, así como la implementación del sistema “Smart Chain” que facilitaba el intercambio y administración de información sobre precios, ventas e inventarios de sus competidores.
  • Que las empresas Cefa Central Farmacéutica S.A., Nueva SAI Productos Farmacéuticos S.A., Farmacias EOS S.A., Laboratorios Internacionales Labin S.A. y Nueva Farmacia Fischel S.A., entre otras empresas, conformaban un grupo de interés económico verticalmente integrado y si otras compañías conformaban dicho grupo.
  • Que el comportamiento desarrollado por las accionadas en la comercialización de productos tiene como objeto o efecto el desplazamiento de competidores en el mercado u obstaculizaron su ingreso, dañando la competencia y libre concurrencia en el mercado.

Todas esas prácticas hicieron, según Cofasa, que Grupo Cefa pasara de tener una participación del 25% del mercado mayorista de medicamentos en el primer trimestre del 2010 a un 40% en el último trimestre del 2012 (año en el que los hechos denunciados habrían cesado). Esto con datos de la consultora IMS.

Coprocom deberá referirse a cada uno de esos cinco puntos.

¿Por qué el proceso ha durado casi seis años?

Cofasa considera que es "preocupante" que Coprocom aún no emite una resolución final.

Esa preocupación fue dada a conocer en un campo pagado titulado "Farmacias independientes costarricenses siguen cayendo en batalla", que fue publicado el pasado 15 de abril en el diario La Nación y respaldado por más de 60 farmacias.

"No consideramos comprensible la forma en que se ha tramitado esta investigación. El funcionamiento del sistema de control antimonopolio en nuestro país se ve seriamente desatendido por un sistema que colapsa sin justificación", cita el documento.

Coprocom se defiende argumentando que es un caso complejo donde el análisis del mercado es sumamente importante por el interés público que envuelve y alega que la resolución final está en proceso de redacción por parte del órgano instructor de procedimiento.

"El plazo para dar una resolución depende del mercado que se trate y del volumen de información necesaria para resolver, amén de la actividad litigiosa de las partes que ciertamente también cuenta, porque se deben resolver los recursos que interpongan las partes dentro del procedimiento", explicó la directora de competencia, Yanina Montero.

¿Y si la resolución final es positiva?

En caso de que la Coprocom determine que sí existieron prácticas monopolísticas, será Cuestamoras –actual dueño de las empresas acusadas- la que deberá asumir las consecuencias.

La comisión puede imponer una sanción, por cada conducta que determine fue realizada, de 410 veces el menor salario mínimo, es decir, de aproximadamente ¢120 millones o en casos que revistan gravedad particular pueden imponerse una multa de hasta el 10% de las ventas de la empresa infractora.

Aunado a esto, Coprocom puede dictar las medidas que estime convenientes, razonables y proporcionales para que la empresa deje de incurrir en las conductas demostradas.

El actual dueño de CEFA-Fischel, Cuestamoras, reconoce que al hacer la compra conocían del proceso abierto ante la Coprocom, pero que decidieron continuar con la transacción debido a que respondía muy bien a su decisión estratégica de volver a ser operadores de negocios en industrias maduras, con un alto potencial para introducir innovación y generar valor.

"La denuncia fue presentada como consecuencia de una campaña que informaba a los consumidores que los precios en las farmacias Fischel eran accesibles y competitivos. Esto ocasionó la molestia de algunos competidores, que pretenden, a través de este mecanismo, que Fischel suba sus precios", explicó el director de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de Cuestamoras, Miguel Martí.

Asimismo la empresa mencionó que Cuestamoras Salud -unidad a la que pertenece Cefa-Fischel- opera siempre y en cualquier caso con estricto apego a la ley y a las regulaciones vigentes para la industria.

Lo cierto es que los actores involucrados en este procedimiento esperan una resolución que no se sabe si llegara hoy, en unas semanas, meses o incluso en unos años.