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-El origen del término “Porterhouse” se liga a los establecimientos llamados así en Gran Bretaña, lugar de honor de la cerveza Porter, de color oscuro. Desde principios del siglo XIX eran paradas para los coches, y según se dice, se vendían en ellas los filetes de carne que llevan este nombre, y que constan de lomito, lomo y hueso.

-Asimismo, se afirma en varias fuentes –aunque debemos tomarlo con una pizca de sal- que el corte se hizo popular en los Estados Unidos ya en 1814, cuando Martin Morrison, un administrador de una “Porterhouse” en Nueva York los incluyó en su menú.

-Por su parte, el Chateaubriand es una generosa porción de lomito. El corte lleva el nombre del escritor y diplomático francés François-René de Chateaubriand (1768–1848), de quien dice la leyenda que fue el primero en servirlo a Napoleón. Injustamente, ya que la invención se debía –según esta versión- a su cocinero Montmirail, pero en aquellos tiempos los nombres de cocineros quedaban a la sombra de los de sus amos. Se acostumbra servir poco cocido.