Las adquisiciones, separaciones o redistribución de acciones son parte de los mecanismos de adaptación que están aplicando algunas compañías del sector comercial-industrial de la construcción ante un mercado más exigente y agresivo.
Los empresarios de este sector no solo deben responden a una demanda más sofisticada y competitiva, sino a la caída que sufrió la construcción de un 9,3% en el primer semestre de este 2014 respecto al anterior.
Con la intención precisamente de consolidar y optimizar operaciones ante la demanda, la empresa costarricense Aceros Carazo, comercializadora de acero, adquirió Reimers en julio anterior, compañía local dedicada a la venta de productos de mantenimiento industrial como rodamientos.
“Nos mantenemos con un solo propósito que es ayudarle a nuestros clientes en su productividad para dos gamas de productos distintos pero complementarios, y darles soluciones comerciales en ambos materiales”, comentó Humberdo Fernández, gerente general de ambas empresas.
Aunque Fernández no reveló el monto que pagó por adquirir Reimers, indicó que la compañía destinó $500.000 en la remodelación y acondicionamiento del edificio de 10.000 metros cuadrados que alberga ambos locales, en La Uruca.
Afirmó que, tras la fusión, se espera un crecimiento del 30% en las ventas en el actual periodo fiscal.
Otro caso que se presentó en marzo de este 2014, fue la concentración entre la internacional ArcelorMittal y Grupo Bekaert, ambas en el sector de materiales de construcción, pero la última específicamente en varillas y productos de acero, según registra la Comisión para Promover la Competencia del Ministerio de Economia, Industria y Comercio.
En este caso, Grupo Bekaert se convirtió en el socio mayoritario.
A la inversa
En sentido contrario, en el último año, otras compañías del sector comercial-industrial de la construcción, que en algún momento fueron adquiridas en su totalidad por inversionistas extranjeros, volvieron a manos de sus dueños originales.
Tal es el caso de la actual Aceros Abonos Agro y en mayoreo, Almacenes El Colono y El Lagar, empresas que fueron compradas en el 2007 por el Grupo Progreso de Guatemala.
No obstante, en el 2013 se dio una redistribución accionaria en la que el antiguo propietario del Lagar asumió de nuevo la gestión de las tiendas comprando una participación accionaria mayoritaria, explicó Marco Urbina, gerente general de Aceros Abonos Agro.
De igual manera ocurrió con Almacenes El Colono, en la que el antiguo propietario reasumió la participación accionaria y tomó la gestión. Empero, en ambos casos, el Grupo Progreso quedó como socio con el 40% de acciones.
Abonos Agro se dividió en dos empresas. Una es Aceros Abonos Agro, en la que el Grupo Progreso tiene el 60%, y el Lagar y Almacenes Colono se quedaron con 20% cada una.
La otra empresa es Abonos Agro Mayoreo que ve más la parte ferretera, donde Progreso tiene el 40% de las acciones y Lagar y Colono se dividieron en partes iguales el restante 60%.
“Esta distribución sí responde a una estrategia cuyo fin es poder accesar mejor el mercado, con la experiencia y el conocimiento más profundo que tienen cada marca en cada una de las áreas y de las zonas”, comentó Urbina.
Resaltó que el tema de las fusiones y las alianzas es cada vez más común y frecuente en el sector construcción, ya que los últimos años no han sido los mejores y además hay mucha competencia. Esto ha obligado al mercado a ser más innovador y que se acerque más a cada cliente.
Rándall Murillo, director ejecutivo de la Cámara Costarricense de la Construcción, indicó que ahora hay inversionistas más sofisticados y demanda de tiempos más rápidos y económicos, por lo que el sector comercial debe adaptarse.