Empresas del Siglo XXI: Cómo resolver el tema correcto

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En un interesante artículo de la HBR, de setiembre pasado, titulado “¿Are you solving the right problem?” , escrito por Dwayne Spradlin, CEO de la empresa InnoCentive, nos da cuenta cómo en su experiencia, los ejecutivos ansiosos por empezar a trabajar en la solución a los retos que plantea la innovación, a menudo no invierten tiempo y recursos suficientes en la definición de los problemas que están tratando de encarar. El resultado es que con frecuencia se pierden oportunidades, se desperdician recursos y se generan iniciativas que están fuera del foco estratégico de la empresa.

Albert Einstein dijo: “Si me dieran una hora para salvar el planeta, invertiría 59 minutos en la definición del problema y 1 minuto en resolverlo”. Estas sabias palabras reflejan lo importante que es no desperdiciar recursos escasos en tratar de resolver aspectos que, en realidad, no son los que provocan la dificultad principal. Una buena descripción nos conduce invariablemente a hacer más visibles las posibles soluciones y, por ende, a ser más efectivos a la hora de atacarlos.

Dentro de los secretos para lograr una buena definición es comenzar por elaborar una descripción pormenorizada de la situación actual, detallando qué es lo que está sucediendo y que no debería de suceder. También es importante describir los impactos, precisando aquellos aspectos que nos permiten darnos cuenta de que es un problema real. Finalmente, conviene describir la condición futura de lo que se desea lograr, es decir, listar los beneficios tangibles que se obtendrían si se resuelve adecuadamente.

Sorprende cómo cosas tan sencillas pueden tener un impacto tan grande en el futuro de una organización. Tomarse el tiempo para entender bien lo que acontece, es una costumbre ya casi erradicada. Ya lo decían nuestros abuelos: “no por mucho madrugar, amanece más temprano”.