Aunque los programas y páginas web especializadas en mascotas apuntan a la “falta de química” como el principal argumento para no regalar perros en Navidad, los expertos señalan un elemento logístico: antes de tener una mascota, la familia debe decidirse a tenerla y prepararse.
Por eso la recomendación es no regalar perros, gatos o cualquier otra mascota, lema que respaldan Melania Gamboa, gerente de programas veterinarios de la Sociedad Mundial para la Protección Animal (WSPA, por sus siglas en inglés), y David Peiró, etólogo y director de Fogaus Educación Canina.
Ambos profesionales recuerdan que la llegada de una mascota a la familia es una responsabilidad que se extenderá al menos durante una década (dependiendo de la edad y raza del perro) y representará cambios fundamentales en la rutina familiar: desde adaptar los horarios para asegurar la adecuada alimentación de la mascota, hasta buscar un buen lugar donde pueda quedarse en caso de que la familia salga de paseo sin él.
Además, tampoco es buena idea obsequiar un animal dentro de su familia, ya que, de acuerdo con la sicóloga Ana Jurado, especialista en manejo de las emociones, el regalo equipara al animal con un objeto y esto desnaturaliza la relación entre un niño y las mascotas, les resta el valor que tienen como seres vivos, que sienten dolor y desarrollan cariño por su familia, aunque sea en forma no racional.
Si su intención es compartir los beneficios de tener mascota con un ser querido, mejor convérselo y prepárese. En todos los casos, los expertos recomiendan que se considere la adopción antes de la compra, una tendencia que llama la atención de diseñadores y personalidades reconocidas.
Para ser una buena manada
“Los adoptantes son perros para el perro adoptado, son su manada”, explica Peiró. Por esto, para el experto en conducta canina, la devolución de un perro adoptado representa una situación de estrés para la mascota.
Peiró asegura que esperar una conducta humanizada del perro o no considerar el tiempo necesario para el cuido y entrenamiento, hace que el 80% de las adopciones terminen en devolución de los animales al refugio, con la correspondiente carga económica para la organización (por lo general, los albergues caninos están bajo la dirección de fundaciones de voluntarios, sin fines de lucro) y el sufrimiento de la mascota.
Gamboa también llama la atención sobre este tema: “Cuando la compra o la adopción son impulsivas y después se dan cuenta de las responsabilidades, o en el momento en que el perro deja de ser cachorrito, no están preparados para tenerlo, esto genera abandono, maltrato y hace que los perros sufran”, enfatiza.
Adopción y moda
En el 2013 Ralph Lauren convirtió la adopción de perros con raza mixta en un tema de moda. Con su campaña Dog Walk, plantea una variación del Cat Walk, que se refiere a los desfiles de pasarela y presenta modelos utilizando prendas y artículos de lujo de la marca, mientras pasean por la cuidad con sus perros adoptados.
La tendencia ha sensibilizado a un público de alto poder adquisitivo para redirigir sus intereses y, en lugar de comprar animales de razas costosas o hibridaciones conocidas como “perros de diseñador” (labradoodle, puggle, cockapoo o cava-poo-chon, entre otros), busquen opciones en los albergues para animales de la calle.
Además se estima que la influencia de actores como Dustin Hoffman o Ryan Gosling, propietarios de perros sin raza, impulse más la adopción.
Fuente: RalphLauren.com y 20minutos.es