Encamine su emprendimiento hacia la economía circular, siga algunos de estos modelos

Las acciones que rigen el concepto de la circularidad van mucho más allá que gestionar los residuos y reciclar infinitamente

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Olivia Grosvenor y Oliver Wakile llegaron a Costa Rica en 2019 y establecieron su negocio de láminas producidas 100% con plástico reciclado denominado TRS (The Recycle Studio), su principal convicción es proveer al mercado de diseño de interiores y arquitectura con materiales sostenibles para realizar acabados en superficies.

No obstante, el sumergirse en el mundo de la economía circular, les ha dejado múltiples retos, como la inversión —dependen de fondos de instituciones extranjeras para la construcción de sus máquinas—; la investigación y el desarrollo de cómo es un negocio circular; la dificultad para conseguir materiales especializados en el país; y los trámites que muchas veces representan trabas para este tipo de proyectos.

Pese a ser una startup los empresarios esperan que parte de la inversión financiera, pero en especial la inversión de tiempo y dedicación, retorne en algún momento a ellos con la satisfacción de haber formado un compromiso consciente con el medio ambiente.

El concepto de economía circular parte del resideño de los materiales, empaques y procesos, para que una vez terminado el uso de un producto, este logre entrar a una cadena de reciclaje o a un “segundo uso”, y no genere desechos.

Una empresa que quiere entrar a formar parte de la circularidad o que bien quisiera transformar su compañía existente a una economía circular, debe entender que las acciones van mucho más allá que gestionar los residuos y reciclar infinitamente.

Consiste en preguntarse si el producto que se está introduciendo al mercado puede llegar a recuperarse en un futuro y si es posible que pueda tener otros usos para evitar que termine como basura.

Se requiere de grandes inversiones, de un estudio de los procesos, una guía en los modelos de negocio y de alianzas que apoyen la iniciativa.

Modelos de negocio circulares

Christopher Brosse, investigador y consultor en economía circular, explicó que existen cinco grandes categorías de lo que es considerado un modelo de negocio circular, los cuales muchas empresas alrededor del mundo siguen y aplican actualmente.

  1. Circular supply: usado en grandes compañías y supermercados con el concepto de “compras circulares”. Les piden a sus proveedores que los productos lleguen sin tanto embalaje o con embalaje biodegradable.
  2. Gestión de desechos o recuperación de los recursos. Como es el caso de Metalub, empresa que recolecta y transforma el aceite usado, en un lubricante totalmente nuevo.
  3. Vida útil de los productos: desarrollar acciones para que la vida útil de los productos dure mucho más tiempo. “Si hacemos un producto de alta calidad que parte del diseño, la idea es que se pueda usar por muchísimos años y además, cumplimos con uno de los pilares de la economía circular, mantener los materiales en uso”, expresó Wakile, cofundador de TRS.
  4. Plataformas de economía compartida o plaformas de intercambio de materiales con compañías, si una empresa genera un desecho que le puede servir a otra para hacer un producto, se intercambian los residuos y se evita botarlos al ambiente.
  5. Establecer productos como un servicio: empresas y personas que se están volcando al alquiler o “leasing”, pero no el de automóviles, sino alquilan productos para el hogar, para su oficina y hasta pagan una suscripción para rentar ropa.

“Cualquier empresa puede reconvertirse y empezar a adoptar una economía circular, sin embargo la parte más fácil o el escenario ideal es cuando se está gestando. El diseño o la concepción de algo es sumamente importante”, expresó el investigador y consultor.

Asimismo, una empresa que tenga una parte de ella funcionando bajo el esquema de economía circular, puede decir que está accionando positivamente en el medio ambiente.

Por otra parte, la circularidad se puede cuantificar. Por ejemplo, la fundación Ellen MacArthur creó “Circulytics” una herramienta de medición que le permite calcular a empresas, casas y hasta países su índice de circularidad, compartió Edgardo García, especialista en innovación para políticas públicas urbanas y economía circular.

Escala de prioridad circular

Los productos pueden ser deconstruidos y reformados de manera sostenible

FUENTE: WHAT DESIGN CAN DO NO WASTE CHALLENGE 2020 –2021.    || INFOGRAFÍA / EF.

¿Qué hace falta para que más empresas logren implementar la circularidad?

Según las personas consultadas por EF, entre las principales trabas para que una empresa inicie el camino hacia la circularidad se encuentran: la falta de maquinaria especializada; leyes y regulaciones que otorguen incentivos a las empresas y plataformas más accesibles para los consumidores.

Con respecto a la maquinaria, señalan que muchas están diseñadas para trabajar únicamente con materia prima virgen, y no para procesar materia prima recuperada. Esto representa una problemática para las empresas que siguen estos procesos, ya sea porque la máquina falla o porque no tienen personal capacitado.

Asimismo, el costo de hacerse cargo de una compañía, de recuperar los desechos y no tener ningún incentivo por parte del Gobierno para hacerlo en óptimas condiciones, dificulta la cadena de producción.

“La parte que representa más costo es la logística inversa de recoger los envases —que el producto regrese a las plantas para poder lavar, reutilizar o moler y enviar las resinas—. Estamos tratando de formar alianzas con organizaciones que ya realizan esto, con centros de acopio, para tratar de reducir ese costo. En este pequeño país recorrer carretera para recoger envases es sumamente caro”, dijo Silvia Chaves, presidenta de Florex en una nota publicada por La Nación.

Acción en el país

En los últimos años muchas empresas y pequeños emprendimientos del país han comenzado a incluir prácticas circulares dentro de sus procesos productivos, pero siguen siendo iniciativas aisladas que no cuentan con el acompañamiento de una estrategia nacional de economía circular.

“No podemos llegar a las metas de tener un mundo más sostenible en solitario; esto debe hacerse mediante un proceso colaborativo en donde se integren el sector público, el sector privado, la sociedad civil y la academia”, dijo García.

Costa Rica lanzó en 2018 la Política Nacional de Producción y Consumo Sostenible 2018 – 2030; la economía circular se menciona únicamente en dos ocasiones en todo el documento.

“Una transformación hacia la circularidad para cambiar el modelo lineal de diseño, producción y consumo que ha imperado desde la segunda mitad del siglo XX, es un proceso profundamente complejo y necesita de una estrategia específica a largo plazo que brinde las condiciones para una transición hacia la circularidad sostenida”, agregó.