Ennio Rodríguez, de consultor internacional a empresario del agua

El economista cuenta su transformación de académico, político y consultor internacional a empresario

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Para describir su carácter, Ennio Rodríguez Céspedes elimina un sentimiento: la nostalgia.

Aunque se enorgullece de su trayectoria, no extraña sus años como académico e, incluso, catedrático en economía de la Universidad de Costa Rica. Tampoco hecha de menos sus pasos en política o el alcance de su trabajo en organismos internacionales o los resultados de sus consultorías.

Ahora es empresario, entregado por completo al incipiente negocio del agua mineral.

Rodríguez lidera la empresa Agua Prístina de Costa Rica, comercializadora de agua mineral embotellada, con la marca Agua Costa Rica.

“Asumir retos es parte de mi personalidad, si no, no viviría en Costa Rica, esa es la verdad”, explica. ¿La razón? Siempre regresa para asumir proyectos en condiciones menos favorables de las que disfruta cuando vive fuera.

EF habló con Rodríguez sobre su reinvención, las razones que lo convencieron de ser empresario de agua y las dificultades de hacer negocios en el país.

¿Qué lo motivó a cambiar una carrera consolidada en consultorías por un proyecto empresarial?

A mí me gustan los retos. Desde joven me gustaron los deportes y también competir académicamente, siempre con un compromiso de hacer algo por este país. Eso es algo que lo he llevado como una constante y que se ha manifestado de distintas formas en diferentes etapas de mi vida.

¿Por qué entrar en el mundo empresarial precisamente en un país calificado como “difícil” para hacer negocios?

Me gusta asumir retos en lugar de tomar el camino más fácil que me ofrezca la vida. Siempre que he regresado (a Costa Rica) ha sido para asumir retos de alto riesgo y de menor remuneración y comodidades de las que tenía. Y he regresado en varias oportunidades. Este es el país en el que nací, aquí viven mis hijos, mi nieto. Me tiene muy preocupado que cada vez sea más difícil hacer cosas, desde la función pública o desde el sector privado.

¿Por qué se decidió por el negocio del agua mineral?

Porque en Costa Rica no se consume como podría el agua mineral. Y se desconocen los beneficios que tiene para la salud.

“Hay un consumo importante de agua embotellada pero, contrario a lo que ocurre en la mayoría de los países del mundo, aquí sigue aumentando el consumo de refrescos gaseosos, mientras en el resto del mundo este viene en decaída y se toma más agua, particularmente, mineral. Pero ya hay un tema de salud que ya ha ido cambiando y yo quisiera ser parte de ese cambio.

“Pero (la decisión) también tiene un componente gastronómico: en los restaurantes más sofisticados de Europa, le llevan a uno tres cartas: la de comidas, la de bebidas y la de aguas, porque debe darse un maridaje entre comida, vino y el agua mineral que corresponde. Entonces, desde el punto de vista gourmet también hay un desafío en Costa Rica. Hemos visto el cambio de hábitos de los costarricenses relativamente rápido en el pasado, cuando se convencen de las bondades de un producto y cambian los patrones de consumo”.

¿Ya usted tenía conocimiento sobre gastronomía o lo desarrolló para este negocio?

Como me ha tocado vivir en el extranjero, uno viene a Costa Rica y nota lagunas en ciertas áreas. A mí lo que me gusta es estar aprendiendo, no me gusta repetirme a mí mismo ni lo que sé. Si lo hago, me aburro.

“Algo aprendí sobre aguas minerales y comencé a consumirlas mientras vivía en el extranjero. Sin embargo, ahora he aprendido mucho más, he tomado cursos de cata de aguas para poder entender qué es lo que se cata y por qué una puede ser preferida a otras.

“Convencido de esto, he llevado el agua nuestra a tres catas internacionales, que confirman que elegimos una buena agua, porque en las tres alcanzamos el primer lugar”.

¿Disfruta estar en una actividad distinta de su formación y experiencia profesional?

Me encanta sentarme y que me expliquen la composición química del agua, cómo se forma el buqué del agua y por qué los colores y qué es lo que la hace preferible a otras y ratificar la sospecha de que tenemos un producto de primer orden a nivel mundial que le estamos ofreciendo a los costarricenses a precios nacionales.

“No lo estamos poniendo a precios de las aguas comparables de nivel internacional, porque queremos ayudar en esa transformación del gusto y conciencia del efecto sobre la salud de tomar agua de naturaleza mineral”.

¿Cómo se decidió por esta inversión?

Me la plantean unos amigos y yo decido tomar la aventura, dejar las consultorías para meterme alma, vida y corazón en este proyecto. Las consultorías internacionales son muy demandantes y requieren viajar y eso no es compatible con la gerencia de una empresa nueva que arranca de cero, desde crear la empresa.

“Me tocó desde abrir los libros de contabilidad, establecer la sociedad, los permisos, todo, todo, de los 120 pasos que dice el Banco Mundial que hay que hacer en Costa Rica para establecer un negocio. Es de los países más difíciles del mundo y he pasado por todas esas etapas. No es que me llaman a un trabajo consolidado, sino que me llaman a un concepto y es ese concepto el que estamos llevando a la práctica”.