Escargot otroga tres caracoles y medio al restaurante Lulú y Saturnino

Algo nuevo en el Escalante

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Este bistro-pub está recién abierto y su nombre es lo primero que llama la atención: Lulú & Saturnino. Los descendientes de una pareja que vivió en las primeras décadas del siglo pasado han llamado a este restaurante con sus nombres; y su elegante fotografía, de gran tamaño, recibe a todos los visitantes a la entrada. El sitio es pequeño pero cómodo. La decoración, original, incluye una colección de tazas detenidas boca abajo en el cielorraso; y ventanas y puertas de antiguas casas de madera, que nos miran desde las paredes y que en la noche se iluminan desde atrás de una manera casi mágica.

Nuestra segunda visita fue con Inés Trejos de Montero, periodista y narradora, quien –entre otras cosas– ha sido viceministra de Cultura, subdirectora y luego directora de la Dirección de Artes y Letras, integrante de la directiva de la Asociación de Autores, del Colegio de Periodistas y del Consejo de la Editorial Costa Rica, además de diplomática.

Menú ejecutivo

A precio moderado, sirven al mediodía un menú especial de tres tiempos, con otras tantas opciones de plato principal, más bien parco en florituras estéticas. Esto fue lo que ordenamos en la primera visita:

Crema de vegetales. Con mayor proporción de papa, era más bien simplona.

Pasta boloñesa. Pasta corta con abundante carne molida servida por encima, con poca salsa, por lo que no se unían bien ambos ingredientes, aunque de gusto satisfactorio. Acompañada de queso parmesano molido.

Cerdo agridulce. Tres tajadas de carne de cerdo, suave, con una salsa sencilla. Agradable.

Pescado en salsa blanca. Filete fresco, bañado en salsa blanca con maíz dulce, acompañado de puré y ensalada. El sabor era mejor que la apariencia.

Manzana caramelizada con helado y un adorno de granola y semillas. Completaba bien el especial.

Entradas

Tartar de salmón. El pescado mezclado con aguacate, con una reducción de balsámico a un lado. Delicioso y el emplatado impecable.

Tomate rostizado. Crema de tomate, servida en una bollita de pan. Sabrosa, buena textura.

Platos fuertes

Hongos General Portobello. Rellenos de cebolla caramelizada, tomates cherry y espinaca. Opción vegetariana original y exquisita.

Camarones en las minas. Con salsa de palmito ahumado y tierra de aceitunas. Montado sobre base de papa crocante y espinacas salteadas. Los ingredientes se amalgaman muy bien; el marisco, cocido en su punto. Le encantó a nuestra invitada.

Pollo Salarrué. Pechuga de pollo a la plancha (puede ser frita, empanizada con harina de yuca). Guarnición de brócoli con ajonjolí y arroz japonés. Jugosa y rica la carne; el conjunto se complementa muy bien.

Postres

Pie de limón. Muy bueno, el dulzor exacto.

Cheescake de frutos rojos. Bien logrado.

A tomar en cuenta

Para el establecimiento

  • Lástima las ubicuas servilletas de papel.
  • En cuanto al tartar, el menú desorienta, ya que lo llaman "de salmón" y en la descripción habla de trucha.
  • Vale la pena esmerarse igual con el especial que con el menú de noche, aunque haya menos opciones y cambie el tamaño de la porción. La calidad debe ser invariable.
Para los clientes

  • Después de las 5 p.m. entra el menú a la carta.
  • Los domingos hay menú de brunch, de 10 a. m. a 3 p. m.
  • El bar tiene una amplia carta de bebidas, entre ellas cervezas artesanales, y los miércoles la sangría es 2 x 1.
  • El servicio es amable y diligente.

Calificación

Lulú & Saturnino

Tres y medio caracoles

Dirección: Barrio Escalante, del Fresh Market 100mts Este, 175 m. Sur.

Tel.: 2280 0974

Delicatessen

—La empresa Events in the Sky celebrará del 17 al 30 de setiembre una cena en las alturas en el centro de Londres, en un restaurante efímero (pop-up).

—Con vista sobre la Torre de Londres y otros puntos de interés turístico, con capacidad para 22 personas, la mesa Londres en el cielo , colocada sobre una góndola sin parales, flotará en el aire durante 14 días, suspendida a unos 25 metros del suelo.

—Quienes se animen a esta aventura podrán degustar platillos de once de los mejores restaurantes de la ciudad.

El otro menú: De sobremesa con Inés Trejos de Montero

La compañía de Inés Trejos de Montero es un lujo, por su amplia cultura, su experiencia vital y su proverbial sencillez en el trato. Mujer generosa, ha sabido cultivar amistades de esas que duran toda una vida. Ha entrevistado a decenas de gentes en su vida periodística y en la lista figuran grandes personalidades, como el escritor argentino Jorge Luis Borges. Le ha tocado vivir en varias ciudades importantes, entre ellas Londres y Nueva York, y es una amante del buen cine, de jardines y museos [fue directora del Museo de Arte Costarricense – MAC], teatros y librerías. Su biblioteca es de tamaño considerable y conoce a profundidad las obras de una lista inacabable de autores. De sus escritos, sobresalen "Luna de miel con libro" y "La tía pecaminosa y otros relatos". Cenar con ella es una experiencia fuera de serie.

—"Es usted una periodista veterana, incluso galardonada con el Premio Nacional Joaquín García Monge. ¿Qué consejo le daría a los jóvenes periodistas que comienzan su carrera?".

— "Mi consejo a los periodistas nuevos: que su trabajo lo hagan con entusiasmo, con interés. Por ejemplo, si van a hacer una entrevista, que se preparen en el tema que van a tratar, así como en los datos profesionales y personales de quien van a entrevistar. Si van a escribir sobre un libro, que lo lean antes detenidamente, sacando notas que podrían eventualmente, servir para darle más sabor al tema".

—"En su hoja de vida figuran varios años ocupando cargos públicos en el área de las artes y las letras. Es común escuchar que esas actividades agrupan a gente muy difícil y que cuesta poder hacer una labor exitosa allí. ¿Cuál fue su experiencia en este sentido?".

—"Dichosamente, en mis labores en cargos públicos siempre tuve la suerte de topar con gente amiga o con la que tenía alguna afinidad, por lo que el trabajo en común nunca fue difícil. Al contrario, fue muy remunerador".

—"Usted ha sido también diplomática. ¿Cuáles son su mejor y su peor recuerdo en esas labores?".

—"Mis mejores recuerdos vienen de la afinidad que tenía con la gente con la que trataba. Diría que representar a Costa Rica en el exterior siempre fue un beneficio, pues nuestras tradiciones y nuestra historia fueron y siguen siendo la mejor carta de presentación. Por otro lado, un recuerdo triste y que todavía me duele, fue cuando nos visitó la Orquesta de Guitarras de Costa Rica. Yo deseaba que la embajada les ofreciera un agasajo, como bien se lo merecían, con la participación, como invitados, de gente amiga del campo cultural y funcionarios del Servicio Exterior de otros países, pero, por razones presupuestarias no se pudo hacer. Entonces les hice un recibimiento en mi pequeño apartamento (como correspondía a los salarios que pagaba nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores). Así que les cociné frijoles negros arreglados, ensalada rusa y gallitos de salchichas (en lugar de los choricitos de ley) y los muchachos (como 18) estuvieron felices".

—"Durante 25 años, usted ha sido integrante del Consejo de la Revista Nacional de Cultura de la UNED, y desde 1995 miembro del Consejo de la Editorial de esa misma universidad. Por sus ojos han pasado muchas obras literarias nacionales, de todos los géneros. ¿Cómo ve la creación literaria costarricense de este último cuarto de siglo?".

—""La verdad, mi experiencia en la literatura se remonta mucho más allá de mi etapa como miembro de la UNED. Acabando de obtener mi bachillerato en el Colego de Sión, en 1950, viajé a Caracas, Venezuela. Allí empecé mi labor como periodista; viví en esa ciudad siete años. A mi regreso, en 1958, comencé a trabajar en la prensa aquí. Poco después fui nombrada miembro de la junta directiva de la Asociación de Autores y de la junta de la Editorial Costa Rica. También cubrí como redactora diversas áreas de la cultura nacional. En aquellos tiempos, al escritor le costaba mucho publicar sus obras. Pero a raíz de la creación de la Editorial Costa Rica y las editoriales universitarias, se abrió un campo amplio para los escritores. A partir de esta colaboración de las universidades y el Estado, se contribuyó al desarrollo de la literatura nacional, cuyas temáticas pueden o no ser interesantes para el gran público, pero sin duda, esta profusión de la literatura, tanto en prosa como en verso y en ensayo, son una forma de ayudar a los creadores nacionales".

—"¿Qué deseo se le ha quedado aún sin cumplir?".

—"¡Viajar en el tren transiberiano!", dice con entusiasmo. "Para ir conociendo tantos lugares maravillosos, probar las comidas de todas esas partes y conocer a su gente. Mi deseo nació al leer a Paul Theroux, quien ha escrito numerosos libros sobre sus viajes en tren y entre ellos está el transiberiano".

—"También es usted narradora, con dos libros publicados. Con una vida tan rica e intensa, ¿no ha pensado en escribir su autobiografía?".

—"Muchos de mis cuentos son autobiográficos. Mi computadora, por otra parte, tiene en su memoria muchas reseñas autobiográficas, esperando ser organizadas. He tenido una existencia muy interesante, muy rica, pero yo me pregunto, ¿a quién podría interesarle mi vida?".

Pues a un público muy amplio, que quiera adentrarse en una vida interesante y disfrutada apasionadamente en todas las ciudades extraordinarias en las que le ha tocado vivir. Lectores, estamos seguros, no le faltarán nunca a Inés Trejos de Montero.