Entre 20cm y 40cm de distancia respecto de la cara es lo que necesita el ser humano de espacio peripersonal, que es ese que rodea al cuerpo.
Así lo determinó un estudio de la University College London que analizó el parpadeo realizado ante estímulos que el cuerpo puede considerar potencialmente peligrosos.
Estos estímulos se realizaron a diferentes distancias de la cara del sujeto (4cm, 20cm, 40cm y 60 cm).
Luego, compararon los datos del parpadeo, que es considerado un reflejo defensivo, con los resultados de una prueba que medía la ansiedad en los sujetos participantes.
“Este hallazgo es la primera medida objetiva del tamaño de la zona que rodea la cara que cada individuo considera de alto riesgo, y que, por lo tanto, quiere proteger a través de las respuestas motoras defensivas más eficaces”, explica Giandomenico Iannetti , uno de los investigadores, en el sitio de la universidad.
Publicado en The Journal of Neuroscience, el estudio determinó que las personas con rasgos de ansiedad fueron quienes requirieron mayor espacio peripersonal.
Los científicos esperan que los resultados se puedan utilizar como una prueba para ver la relación entre comportamientos defensivos y niveles de ansiedad.
Esta podría ser particularmente útil en las personas con trabajos que los enfrentan a situaciones peligrosas, como bomberos, policías, militares y otros.