Faviana Scorza Agüero

Llevó a la realidad una idea de negocios de pequeños productores que creen en un modelo de cultivo orgánico: la Feria Verde.

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Hace cuatro años, Faviana Scorza “nunca había tocado el suelo” e ignoraba el valor del trabajo que requiere sacar una lechuga a la venta.

En el 2010, buscaba trabajo y sabía que quería trabajar con pequeñas y medidas empresas. Un domingo, mientras desayunaba en una feria del agricultor, surgió la oportunidad de dirigir un proyecto que estaba un poco en papel y más en la mente de un grupo de 20 pymes: una feria verde.

Hoy día, la Feria Verde reúne a más 110 pymes (entre ellas las de 27 agricultores) que promueven el comercio justo y la venta de productos naturales y orgánicos.

Se trata de un espacio multicultural que mezcla clases sociales en el Polideportivo de Aranjuez. Allí, unas 1.200 personas asisten los sábados para comprar verduras y hortalizas cultivadas amigablemente con el ambiente y productos como queso de cabra y panes artesanales.

Faviana Scorza ha estado a la cabeza del proyecto. “Esta es una organización horizontal. Nadie es subordinado de nadie. Mi puesto es un solo un cargo clave”, explicó Scorza, quien reconoce que empezar un proyecto en un área desconocida y sin dinero fue un reto. “Me asusté mucho, pero me fui de jupa”.

Esta amante de la lectura de ciencia ficción, considera que uno de los puntos claves de su labor ha sido “sensibilizarse y entender al agricultor”. Esto le ayudó a comprender cómo funciona un mercado verde y los temores de quienes participan.

Por ello, unos de las primeras tareas que se impuso fue aprender a cultivar sin químicos en el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA). “En la primera clase tuve que palear todo el día. Llegué con las manos llenas de llagas y ardida a la casa. El siguiente fin de semana en la feria, me vendían una lechuga por ¢300 colones, pero pagué ¢ 1.000 porque sabía que su valor era mucho mayor”, dijo.

“Hay que conectar el sistema alimentario (de dónde vienen los alimentos) y entender que la agricultura es una profesión”, añade.

El modelo se ha convertido en una incubadora de ideas de negocios de raíz agrícola y ambientalmente sostenibles, la cual está en proceso de expansión hacia el oeste de San José y Guanacaste.

Este paso se dio “sin querer queriendo” en el proceso de ayudar a los productores a mejorar su oferta. “Al estar en feria (los productores) tienen que aprender a manipular los alimentos, trabajar en la marca”, comentó.

“Ahora trabajamos para crear un sello, desarrollar un programa de proveeduría para hoteles y un plan piloto para entregas a domicilio”, dijo.

El caso de Faviana Scorza es una muestra de que no todos las ideas de emprendimiento surgen de algo en lo que se tenga gran experiencia. Se trata de aventurarse, arriesgarse, tener actitud, aprender y apasionarse.

En detalle

Formación: Dirección de empresas en la Universidad de Costa Rica.

Fecha de nacimiento: 24 de abril de 1984.

Trayectoria profesional: Coordinadora de proyectos de la FeriaVerde.