Por segunda ocasión en 19 años de reconocimientos, EF decidió dejar desierta la categoría del Figura Pública del Año.
En esta oportunidad, el equipo editorial determinó que no hay ningún funcionario de alto nivel en las instituciones del Estado que se haya destacado por su labor.
La última vez que esta situación ocurrió fue en 1999, durante la administración de Miguel Ángel Rodríguez.
El año pasado, el reconocimiento recayó en el diputado del Partido Acción Ciudadana (PAC), Otton Solís, pues se tomó en cuenta su posición en cuanto al curso actual del Gobierno y su defensa en temas de austeridad y de la necesidad de una reforma tributaria.
Sin embargo, este año, la situación es distinta.
Aunque se reconoce que en algunos ministerios, por ejemplo, se han hecho esfuerzos meritorios en temas-país, son esfuerzos que han sido consistentes durante los últimos años y no solo son el logro de una solo persona ni del jerarca del momento.
Se pueden mencionar dos ejemplos: en el caso del Instituto Costarricense de Turismo (ICT), se valoró la buena labor en las campañas de atracción de turistas y la estrategia de ingreso de nuevas aerolíneas, pero que tuvo un cambio de jerarca este año.
Otro caso es el del Ministerio de Comercio Exterior (Comex), en cuanto a su labor consistente en la atracción de inversión extranjera, labor que realiza en conjunto con Cinde, pero desde hace tiempo atrás, y que sigue dando resultados.
Aun así, esta cartera todavía tiene grandes tareas sin concluir, como la incursión de Costa Rica a la OCDE.
Ese mismo argumento aplica en otros casos. Por ejemplo, a nivel de Gobierno, Hacienda y Asamblea Legislativa, están pendientes los proyectos para racionalizar el gasto público y la reforma tributaria.
En el MOPT, la construcción de la carretera a San Ramón y, en Ciencia y Tecnología, la reorganización del espectro radioeléctrico, solo por mencionar dos.