France Telecom y su expresidente a juicio en Francia por ola de suicidios

El proceso legal intentará determinar las causas de las muertes producidas entre 2008 y 2009, cuando Didier Lombard dirigía la compañía, hoy llamada Orange

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PARÍS.- La justicia francesa abrió este lunes 6 de mayo un juicio contra el gigante de las telecomunicaciones Orange (antes France Telecom) y su expresidente por “acoso moral”. Están siendo acusados de crear un ambiente tan hostil en la compañía que muchos empleados se suicidaron.

En total 19 personas se quitaron la vida, otras 12 lo intentaron y nueve cayeron en severas depresiones en un lapso de tres años en la compañía Orange.

Entre los acusados está en expresidente de France Telecom, Didier Lombard, el exdirector de recursos humanos Olivier Barberot y el exsubdirector ejecutivo Louis-Pierre Wenes. Todos declararon brevemente el lunes, uno por uno, en el juicio, hasta ahora el más grande en la historia de Francia para un caso de ambiente hostil en una compañía.

Se les acusa de "condiciones laborales degradantes para el personal que puso en peligro sus derechos y su dignidad, afectó su salud física o mental o puso en peligro su futuro profesional”.

Otros cuatro ejecutivos quedan como sospechosos de complicidad en el caso.

Al margen de esos suicidios, muchos de ellos producidos en lugares de trabajo de la propia empresa, y que causaron gran conmoción en la opinión pública, el tribunal intentará desvelar el funcionamiento de France Telecom entre 2007 y 2010.

Se trata de un caso sobre “acoso moral organizado a escala de una empresa por sus dirigentes” según resumieron los jueces de instrucción, consultado por la AFP.

La empresa (operador público privatizado en 2004, y luego convertido en Orange en 2013) figura entre los acusados, como persona moral.

Los dirigentes de France Télécom implementaron un amplio programa de restructuración: los planes NExT y Act cuyo objetivo era transformar en tres años France Télécom, logrando una reducción de plantilla de 22.000 personas, sobre un total de 120.000 empleados. Además, unas 10.000 personas debían cambiar de puestos de trabajo.

Los acusados no serán juzgados por sus opciones empresariales estratégicas, sino por sus métodos. En la primera querella interpuesta, el sindicato SUD hablaba en 2009 de una “gestión de una extraordinaria brutalidad”.

Presión social

Los sindicatos denuncian que aún hoy las grandes corporaciones francesas no han aprendido de esa experiencia, y unos 200 activistas protestaron el lunes frente al tribunal exigiendo que los ejecutivos sean declarados culpables.

En Francia, el hostigamiento moral es punible por un año en prisión y una multa de 15.000 euros ($16.790).

La investigación en torno a la ola de suicidios de empleados entre los años 2007 y 2010 se abrió tras denuncias presentadas por el sindicato Sud. Se ha dicho que en ese entonces, Lombard desestimó las muertes diciendo que “eso es lo que está de moda”.

El juicio intentará determinar las causas de esas muertes producidas entre 2008 y 2009, cuando Didier Lombard dirigía la compañía, hoy llamada Orange.

Este será un juicio sobre el acoso moral institucional, diferente de los clásicos en los que hay un vínculo directo entre el presunto autor y su víctima.

“Vida rota”

En 2006, en un discurso ante sus ejecutivos, Didier Lombard afirmó que provocaría la reducción de efectivos “de una forma u otra, por la ventana o por la puerta”.

Los jueces de instrucción detallaron “los dispositivos de desestabilización del personal” destacando los “controles excesivos”, la “marginación de los empleados”, y las “múltiples reorganizaciones”.

Antes de iniciarse el proceso, varios centenares de personas, militantes sindicales, exempleados y asociaciones de víctimas se congregaron ante el tribunal.

“Lo que esperamos es que los antiguos dirigentes de France Telecom sean condenados” declaró Patrick Ackermann, representante del sindicato SUD. “Espero que esos directivos digan que lo sienten, que admitan que traspasaron todos los límites”, agrega.

Entre los manifestantes figuraba también Béatrice Pannier, de 56 años, que entró en France Telecom en 1982, encargada de la atención telefónica al público, y que está de baja médica desde 2011 tras un intento de suicidio en su lugar de trabajo.

La mujer leyó una carta que dirige a Didier Lombard, en la que le pide disculpas públicas. “Hoy, mi vida ha quedado rota”, aseguró, con la voz temblorosa.