Galerías de arte innovan ante contracción de estos negocios

El número de locales dedicados a la comercialización del arte ha disminuido un 33% en los últimos cinco años en el país

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Las galerías de arte en Costa Rica han tenido que innovar para mantenerse en un mercado que se ha contraído en los últimos años.

En el 2014 se registraron 52 locales menos dedicados a este negocio respecto del 2010, según datos de la Dirección General de Tributación (DGT), del Ministerio de Hacienda.

La sensibilidad del mercado del arte al comportamiento de la economía, debido a que no se trata de un artículo de primera necesidad –al menos en la cultura general del consumidor costarricense–, así como el aumento del sector de venta informal, son aspectos que estarían impactando en esta conducta.

No obstante, de la mano de la diversificación y la tecnología los que están al frente de este negocio han sabido cómo reenfocar sus ventas y sostener sus propuestas.

Tal es el caso de Klaus Steinmetz Contemporary Art, ubicada en San Rafael de Escazú, que maneja el 80% de sus ventas en el extranjero, siendo Internet su principal herramienta.

Klaus Steinmetz, director de la marca, explicó que, por ejemplo, mediante Internet logra participar en subastas en el exterior o adquirir en vivo obras de arte y venderlas bajo su respaldo a clientes sin necesidad de que el arte llegue a Costa Rica.

En este momento, ha logrado consolidar una serie de clientes en más de 20 países y tiene una sede en Bogotá, Colombia, que facilita bastante su logística de intercambio, así como una bodega en Miami, Florida, Estados Unidos.

El empresario dijo que en Costa Rica se enfoca en trabajar con algunos artistas de alta calidad con el interés de promocionarlos en el mercado, por lo que en ocasiones realiza exposiciones y participa en ferias.

Lo que más coloca esta marca es arte en pintura que representa un 75% de sus ventas y el resto lo gana mediante esculturas.

“El mercado se ha ido contrayendo, estamos pasando un momento difícil, las ventas han caído muchísimo, y todavía se percibe la compra de arte como un mercado de lujo, y si la gente tiene una situación de incertidumbre este tipo de gastos se recortan”, comentó Steinmetz.

Además, resaltó el impacto de la fuerte competencia informal, lo cual ha venido afectando el verdadero sentido de las galerías.

En lo anterior, coincide Jorge Campos, gerente de Galería del Oeste, ubicada en Sabana Oeste.

“Dado que el mercado ha madurado, se adquieren más obras de arte, el problema que ha surgido es un mercado informal, el cual comisionistas se encargan de colocar las obras con precios inferiores a las galerías, haciéndolas muy atractivas para los clientes”, externó Campos.

En el caso de Galería del Oeste se ha logrado mantener muy estable en el tiempo –existe desde 1989–, porque ha diversificado su producto siendo ahora el enmarcado su trabajo estrella.

“Contamos con obras de artistas nacionales consolidados, pero aparte del enmarcado de obras de arte, ofrecemos el servicio de restauración de marcos, venta e instalación de espejos, servicio de enmarcado para estudios fotográficos, y hemos desarrollado una línea de molduras muy accesibles”, dijo Campos.

Por su parte, la Galería Arte Once-Doce, ubicada en Escazú, ha logrado mantenerse teniendo una relación directa con el comprador de arte, estableciendo el “uno a uno” pues requiere de atención personalizada.

“Ha sido necesario una síntesis en la oferta dirigirnos a la exigencia del comprador sin dejar de garantizar e informar sobre las inversiones en arte”, destacó la curadora Emilia Fung.