Grupo Vargas era una imprenta que ahora brinda servicios a firmas externas y produce las 600.000 caretas sanitarias de la Caja

Empresa se alista para inaugurar planta en El Coyol en octubre próximo

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Las bases están desde hace 78 años, tiempo durante el cual fueron consolidándose para ahora dar nuevos saltos empresariales, como la inauguración en octubre próximo de sus nuevas y modernas instalaciones en El Coyol, Alajuela. Representa una inversión millonaria.

Grupo Vargas se enfoca en industrias de alto valor, tanto de alta tecnología y dispositivos médicos como firmas regionales del sector de alimentos y bebidas, lo que le sirvió para hacerse cargo de la fabricación de las 600.000 máscaras que le encargó la Caja Costarricense de Seguro Social.

La empresa fue fundada en 1942 por Marco Tulio Vargas como un taller de impresión, en las cercanías de donde actualmente está la Corte Suprema de Justicia.

De ahí se movió más tarde a Barrio Cuba.

Lo que antes se llamaba Imprenta Vargas comenzó a llenarse de clientes importantes que le pedían desde brochures, facturas impresas, colillas para piñas (la etiqueta que se coloca en la corona), tarjetas de presentación, revistas, y etiquetas para atunes y galletas.

Estando en este segmento de impresión comercial, la empresa fue posicionándose y creciendo, por lo que hace diez años inició un proceso de transformación, empezando por nombrar un gerente que no era de la familia fundadora e incursionando en nuevos mercados.

“En ese momento los dueños decidieron separarse de la administración y contratar gente externa”, cuenta Freddy Quesada, que se incorporó hace ocho años, primero como director comercial y desde 2014 como gerente general.

La empresa empieza a buscar un nuevo enfoque en industrias de alto valor y a crecer, hasta alcanzar los 225 colaboradores, incluyendo 50 contratados para la fabricación de las caretas.

Para las compañías internacionales, Grupo Vargas fabrica los manuales o instructivos médicos; las cajas plegadizas para dispositivos médicos y firmas de bebidas y alimentos; bandejas termoformadas; bandejas plásticas, donde se colocan los chips para ser transportados; y etiquetas.

La empresa cuenta con clientes en sectores de alimentos y bebidas de Costa Rica, de Centroamérica, el Caribe y Ecuador.

En su cartera se encuentran firmas como Nestlé, que atiende toda la región; y de dispositivos médicos y de alta tecnología que envían sus productos desde Costa Rica a México, Estados Unidos y Europa.

“Antes el 90% de lo que se producía se quedaba en Costa Rica. Hoy el 85% es para industrias fuera del país y de zonas francas”, dice Quesada.

Actualmente el Grupo se conforma de tres empresas: impresión y empaque; termoformado; y distribución de papel a nivel local (imprentas locales).

La empresa “se ha más que duplicado” y ha realizado inversiones en tecnología (especialmente suiza y estadounidense) y capital humano para modernizar y hacer más eficiente la operación.

Quesada indica que los principales competidores están en Europa y EE. UU. que producen para empresas que están en Costa Rica y en la región, lo que obliga a mantener la competitividad.

La inversión tecnológica se enfoca hacia la automatización y la calidad, con scanners, cámaras y sistemas de gestión de calidad y control.

Los scanner, por ejemplo, son de alta resolución y tienen la capacidad para revisar 17.000 puntos de una sola impresión.

El impreso de las etiquetas o de las cajas para empaques es un enorme pliego que debe ir sin errores (es más: se exige cero errores).

El ojo humano no es capaz de detectar posibles errores.

En cambio, cuando el pliego pasa, el scanner hace la revisión en un instante para garantizar la calidad.

Aunque el sector de zona franca tiene más de 20 años, el crecimiento y la evolución del sector de alta tecnología y de dispositivos médicos ocurrió en la última década.

Durante este tiempo Grupo Vargas evolucionó con las inversiones en tecnología, la profesionalizaciòn del capital humano (cuenta con 20 ingenieros en producción, calidad, administración, logística y distribuciòn) y la incorporación de nuevas generaciones de colaboradores.

“Hay una mezcla de gente con experiencia y gente joven y tecnológica”, dice Quesada.

La emergencia producida por el coronavirus no detuvo los proyectos que traía ya la empresa definidos en su plan quinquenal (hasta el 2023) y que incluyen el traslado a El Coyol en Alajuela.

El ejecutivo explica que el orden en que trabaja la empresa y en la cadena de abastecimiento, la relación con los bancos y la estructura ayudaron a que la compañía no se viera afectada.

“La crisis no se podía prever”, dijo Quesada. “Pero todo eso ha ayudado a que no se detenga ningún proceso, a lo sumo que se vuelvan más lentos”.

Más bien, dada la exigencia de alta calidad, la firma ha implementado diversos procesos de certificación en la norma ISO 13485, exigida a empresas de dispositivos médicos y sus proveedores, que lleva un 80% de avance.

El nuevo edificio (cuya construcción tiene un costo de $10 millones) será alquilado, pero sí implica para Grupo Vargas una inversión de $3 millones en mejoras y de otros $5 millones en un equipo, con financiamiento.

La planta le permite consolidar el mercado de dispositivos médicos con la diversificación de productos y de mercados, vía la expansión regional, en el sector de alimentos y bebidas, según el mismo plan quinquenal.

Quesada indicó que trabajan con firmas como Florida Ice & Farm (Fifco) y Heinecken en la región.

Cuando la Caja buscó un proveedor para que fabricara las caretas, la Promotora de Comercio Exterior (Procomer) y la Cámara de Industrias de Costa Rica le ayudan a hacer el contacto con varias firmas candidatas.

El concurso fue otorgado finalmente a Grupo Vargas.

Para crear un producto similar al que la caja necesita, según Quesada, una ventaja era contar con suficiente material de alta calidad, que la empresa tenía porque es parte de su negocio habitual como proveedor de firmas de alta exigencia.

La empresa deberá fabricar en nueve semanas las 600.000 caretas, contadas desde el 6 de abril pasado y hasta principios de junio.

En la fabricación de las caretas se emplearon 50 personas, que trabajan en dos turnos de 25 cada uno, vecinas de Barrio Cuba, una comunidad con fuertes necesidades de empleo.

El nuevo personal pasó por la evaluación médica (con el doctor de planta se realizó el chequeo general de temperatura, síntomas de gripe e historial) y se activaron las referencias laborales.

Como proveedores de la Caja en esta emergencia, el proceso también implicó ponerse en contacto con instituciones, empresas y personas que están relacionadas con la emergencia sanitaria.

Una de las más avanzadas en la alianza con Efast, una plataforma digital de entrega a domicilio en todo el país, donde el público compra vía una aplicación y recibe la entrega a domicilio.