Investigadores de la UCR alistan semillas mejoradas de tomate y chile

Se trata de variedades más resistentes, con mejores índices de productividad y rendimiento

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Los productores de tomate de Costa Rica, en su conjunto, importan aproximadamente $1 millón al año de semilla para sus cultivos.

Productores y agrónomos consultados admiten que cada semilla tiene un valor de ¢100 (incluido el costo del almácigo), además de que por siembra entre el 10% y el 15% no germina.

En un esfuerzo por elevar la competitividad del sector agropecuario nacional y promover el uso de mejores tecnologías, la Universidad de Costa Rica, a través de la Estación Experimental Fabio Baudrit (FB), viene desarrollando una investigación para crear una variedad autóctona de semilla de tomate y de chile con características más promisorias.

Werner Rodríguez, director de la estación experimental, asegura que en tomate, por ejemplo, el productor nacional compra la semilla del exterior y esta es prácticamente considerado producto de desecho en otros países.

Los estudios de la FB están en su fase de campo, probando las variedades de chile y tomate en algunas fincas del país.

Rodríguez asegura que se trata de especies más resistentes a enfermedades, con mejores índices de adaptabilidad, arrojan mejores rendimientos y tiene problemas fitosanitarios menores.

Se hacen pruebas en las fincas de los productores miembros de la Asociación de Productores Orgánicos de Alfaro Ruiz (Apodar), de la Asociación Nacional de Organizaciones Agropecuarias (Asocoprona), de mujeres productoras de Sarchí y del productor Javier Rojas.

Carlos Echandi, investigador de la Fabio Baudrit y experto en tomate, detalló que se trabaja con unos 25 productores, la mayoría medianos y pequeños.

Probar y calcular

Kit Carter, gerente de Asocoprona, contó que la organización apoya el proceso de validación de la FB y está por iniciar el plan.

Según él, es complicado introducir nuevas variedades porque hasta el momento, y por unos 15 años, han probado una variedad traída de Estados Unidos que les ha dado buenos resultados.

La asociación prefiere esperar a que los resultados de esta nueva semilla ofrezca datos exactos, antes de dar el paso de reemplazar siembra con el insumo actual.

“Si se logra desarrollar algo en el trópico, para el trópico y que produzca más y con mejores resistencias, uno debe aceptarla”. enfatizó Carter.

Asocoprona tiene 19 productores asociados ubicados en Santa Bárbara de Heredia y el 80% de su cultivo es tomate y 20% de chile, a veces cultivan cebolla y pepino.

Luis Calderón, un pequeño productor de tomate de la zona de Santa Ana, logró comprobar los beneficios de esta variedad.

En mayo del año pasado obtuvo la cosecha con la muestra de 550 semillas del híbrido de la UCR. “Fue excelente, no noté la diferencia en cuanto a fruto, rendimientos de producción ni calidad, incluso sentí que es mejor”, relató.

Este tomatero no duda en sustituir la semilla importada por esta nueva especie una vez se pueda comprar en el mercado.

Para él, el embrión importado está hecho para mercados nórdicos y no tanto para el trópico.

Si todo sale como proyecta la FB, la semilla, una vez registrada en la Oficina Nacional de Semillas, podría liberarse al mercado a inicios del 2014. Sería la primera vez que se inscriba una variedad local en el sector de hortalizas.

Lo anterior sería una manera de competir con los altos costos de importación y enfrentar al gigante Monsanto, cuyo dominio en la producción, comercialización y licenciamiento de semillas es asunto conocido.

“En los últimos cuatro años hemos estado haciendo ensayos en diferentes fincas y ya tenemos la certeza de que es superior al referente (genotipo original)”, explicó Rodríguez.

El trabajo de la UCR llegaría hasta el registro de la semilla. Luego, la idea es que los propios estudiantes puedan generarla vía emprendimientos y que haya un productor líder que se encargue de hacer los almácigos.

Hay una alta expectativa de que la variedad de tomate (llamada FB17) pueda ser exportada pero, eso sí, el país mantendría su derecho de licencia (del híbrido) y de protección intelectual.

Se trabajará en conjunto con los ministerios de agricultura de Centroamérica. Se tiene el apoyo del MAG y del Instituto Interamericano de Agricultura (IICA) para la multiplicación de semilla y el proceso de validación.

Una suerte parecida siguió una variedad –también desarrollada por la UCR– de papaya, llamada Pococí o mejor conocida como “papaya perfecta”.

Para el 2007, varias empresas exportaban la fruta a Canadá y hoy se estima que el 70% de la producción nacional ya sustituyó la variedad tradicional por la Pococí.

En la mesa

Tomate: De acuerdo con el MAG, el tomate es la hortaliza que ocupa el primer lugar en el consumo nacional. El consumo per cápita es de 20 kg por persona y la producción está en manos de 1.000 productores. Se estima que hay 961 hectáreas sembradas en todo el país.

Costos: Producir una hectárea de tomate cuesta unos ¢10 millones. Se producen alrededor de 58.560 toneladas al año con un ingreso calculado de ¢10.000 millones al año.

Chile: El consumo per cápita ronda los 1,59 kg. Datos del 2007 revelan que hay unos 272 productores y aproximadamente 335 hectáreas sembradas, la mayoría de ellas en la Región Central Occidental del país que contempla las zonas de San Ramón, Poás, Palmares y Grecia, entre otras localidades.

Fuente Ministerio de Agricultura.