Jóvenes emprendedores se aventuran en un negocio de pizzas congeladas

Los creadores de la marca de alimentos congelados Preparato emprendieron su proyecto a los 13 años

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Mientras sus amigos gastaban la mesada que les daban en la casa solo en diversión, los hermanos Javier y Enrique Vives –de 13 y 15 años, respectivamente– decidieron ahorrar ese dinero e iniciar en el 2005 su propio negocio: la producción de pizzas personales desde la cocina de su hogar.

Al principio, empezaron a colocar el producto de manera informal en la soda que administraba su mamá, Patricia Blen, en la escuela Saint Joseph en Moravia. Sin embargo, un buen día del 2007, un ejecutivo de los supermercados Auto Mercado probó las pizzas y les ofreció distribuirlas en la cadena.

Aún sin 18 años, los hermanos Vives se dirigieron al Banco Nacional acompañados de sus padres y solicitaron un préstamo de ¢7 millones para el proyecto.

La búsqueda de una marca, la inscripción de la empresa, los permisos sanitarios, el alquiler de un local y la contratación de personal fueron parte de las responsabilidades que los jóvenes enfrentaron mientras obtenían su título de secundaria.

Hoy, Enrique de 22 años y Javier de 21, manejan SC Viblen S. A., empresa dueña de la marca de alimentos congelados Preparato, que fabrica –desde su planta de 150 metros cuadrados, ubicada en Calle Blancos– cerca de 2.500 paquetes de 10 pizzas personales y aperitivos por mes.

Preparato ya tiene siete líneas de pizzas –entre ellas, una integral y una familiar– y llega a 55 puntos de venta incluyendo las cadenas Auto Mercado, Walmart, Masxmenos, Saretto y Jumbo.

Además, el 15% de lo que comercializa se consume en cafés y restaurantes.

“Por dicha, a estas cadenas de supermercados les interesa mucho tener a pymes en los puntos de venta, pero también depende de que se tenga un buen producto, marca y una estructura financiera para poder enfrentar los períodos de crédito que ellos piden y llegar a los puntos de venta que operan”, explica Enrique Vives, ahora estudiante de administración de empresas.

Los números lo respaldan. Solo entre 2009 y 2013, la empresa ha aumentado sus ventas en 300% y la idea es introducir nuevos alimentos a su línea de producción.

Congelados en auge

El éxito de la propuesta de los Vives es probablemente un efecto más de la preferencia del consumidor costarricense por los alimentos congelados.

La firma de investigación Euromonitor International reporta un crecimiento del mercado local de alimentos congelados de $1,4 millones entre 2011 y 2012, es decir, un aumento del 8% con respecto a los $18,3 millones reportados en el primer año.

Esta categoría de comida procesada congelada incluye carne roja, mariscos, vegatales, sustitutos de carne, papas, repostería, postres, alimentos preparados, pizza, sopa y otros.

Según Euromonitor, las marcas Mc Cain, Pipasa y Montecillos dominan el segmento.

Sin embargo, el auge también ha sido aprovechado por pequeñas empresas locales para aumentar su presencia comercial.

Ejemplo de ello es La Antioqueña, firma de productos congelados que el año pasado aumentó su capacidad de producción en un 150% al invertir en una nueva planta de 400 metros cuadrados.

Actualmente, su producción semanal es cercana a las 5.000 unidades entre todas las líneas y presentaciones de la tradicional arepa colombiana que la familia Loaiza Álvarez –dueña de la empresa– se encargó de colocar en los congeladores del país.

Costafrozen y Scatola Rossa son otros nombres que destacan en este mercado.

El primer negocio exporta el 70% de su producción a Estados Unidos, según dijo Rafael Rojas, gerente financiero.

Su línea se basa en alimentos preparados y congelados a partir de yuca, papa y plátano. En total, maneja unos 30 productos como enyucados, croquetas rellenas y plátanos maduros, todos de la marca Crokiss.

Por su parte, Lydia Feoli, gerenta general de Scatola Rossa, indicó que su empresa fabrica 10.000 unidades mensuales y vio un crecimiento en sus ventas del 100% en el último año.

Walmart, Auto Mercado, Saretto, Fresh Market, Jumbo y Perimercados son algunas de las cadenas donde se pueden encontrar estos productos fabricados en una planta de 120 metros cuadrados localiza en San Rafael de Escazú. También los coloca en hoteles, restaurantes y cafeterías.

Además, en abril pasado, abrió su primer punto de venta de 10 metros cuadrados en el centro de uso mixto Avenida Escazú.

Preparato: esfuerzo familiar

Mientras Rodolfo, papá de Enrique y Javier Vives, ponía la garantía necesaria para obtener el crédito inicial, su esposa, Patricia, distribuía los productos en el carro de la casa y su primo Andrés Blen, diseñaba el logo y la imagen de la marca Preparato.

Y es que para estos jóvenes, una de las claves de su éxito ha sido el apoyo familiar. Su padre y su tío, ambos con formación en administración de empresas, asesoran mensualmente a los hermanos en decisiones estratégicas para la empresa.

Según Enrique, el que ambos estudien administración de empresas ha sido una de las mayores ventajas para el negocio, pues cuando llegaron a las aulas ya conocían la aplicación de los conceptos que manejar la empresa les hizo aprender.

Por ejemplo, saben que para su negocio es mejor reinvertir las utilidades en lugar de repartirlas. Y así lo han hecho, pues el año pasado adquirieron su primer camión de distribución.

También debieron adaptar sus productos a una cadena de congelado conveniente para sus clientes.

Sin embargo, ¿cuál ha sido el mayor reto para estos jóvenes emprendedores?

“Tener pasivos por los cuales hacerse responsable todos los meses es una experiencia que no tienen todas las personas a los 18 años, pero siempre lo hacemos con pasión”, agrega Vives.

Para su madre, Patricia, el crecimiento tiene que ver con el orden, la responsabilidad y el sentido de emprendimiento.

Marcelo Lebendiker, presidente de la incubadora de empresas ParqueTec, opina que la edad no es obstáculo para emprender pues además de financiamiento, hace falta una buena idea, ser curioso, humilde y apasionado por un proyecto.

Lebendiker aconseja a quienes tengan una idea diferenciadora acercarse a incubadoras acreditadas por el Ministerio de Economía y así recibir seguimiento del negocio.