Juan Carlos Martí Revelo

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Juan Carlos Martí estudió ingeniería en diseño industrial porque es lo que más se acerca en la oferta académica local a estudiar para ser inventor loco.

El ansia de innovar lo llevó a crear un sistema para generar energía eléctrica utilizando como fuente el movimiento del ser humano, proyecto que fue semifinalista en el Reto Intel del 2012.

Mientras Martí luchaba por rentabilizar ese proyecto que bautizó como Movelek, otra idea le cruzó la mente: organizar un grupo interdisciplinario de estudiantes para participar en el Solar Decathlon 2014.

La competencia reúne a equipos de las mejores universidades de todo el mundo. El objetivo es diseñar, construir y operar una casa enteramente funcional provista con sistemas de generación eléctrica solar.

La aventura era retadora, emocionante, y estaba impulsada por una agenda ulterior.

“Quería demostrarle a las autoridades del Tecnológico hasta dónde podemos llegar los estudiantes si trabajamos en equipos interdisciplinarios de verdad”, aseguró Martí.

Reunir estudiantes de muchas carreras fue solo uno de los retos. A este se unieron la falta de recursos y las predecibles penurias logísticas. “El contenedor se fue con la casa desarmada y no sabíamos si íbamos a tener dinero para ir a recibirlo a Europa”, rememoró.

Sí hubo dinero (gracias al Fondo de Financiamiento Forestal), hubo viaje y hasta hubo premio para el grupo costarricense. El proyecto Trópika, una casa de madera equipada con alta tecnología diseñada para lo adultos mayores alcanzó el galardón otorgado por el público.

Ahora Martí se dedica a reconstruir la casa en el campus del TEC, a buscar tiempo para impulsar su proyecto Movelek, y a seguir soñando más inventos locos.

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