Kahnweiler

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Decir Kanhweiler es también decir Pablo Picasso. Para la inmensa mayoría de personas, esta asociación puede resultar enigmática, pues indudablemente Picasso es sinónimo de arte, pero ¿Quién es Kanhweiler?

David Henry Kanhweiler (1884-1979) fue el primer y más valiente representante del celebérrimo artista español. Su primer “galerista” para decirlo en el argot del mundillo del arte.

En varias ocasiones el mismo Picasso manifestó públicamente que las cosas quizás no hubieran resultado tan bien para él sin la aparición en su vida del galerista francés de origen alemán.

Lo traigo a colación pues una galería local celebra en estos días sus 30 años de existencia. Es al modelo de Kanhweiler que las galerías dedicadas al arte del siglo XX y lo que va del XXI deben su perfil.

Kanhweiler se involucró con sus artistas de manera personal, visitándolos a todos semanalmente, adquiriendo sus obras por adelantado y departiendo de manera privada, en fin, convirtiendo su “negocio” en un asunto casi familiar. Kanhweiler le apostó a una obra y unos artistas que en su momento era ridiculizados en París (recordemos a Louis Vauxcelles) y que no tenían apoyo alguno. El inmenso mérito de Kanhweiler reside en que supo reconocer –a contrapelo de las voces más reconocidas– la importancia del cubismo y los artistas de este movimiento. Como dato curioso, otras de las líneas que trazó Kanhweiler como galerista, fue la de incluir únicamente artistas de su generación en su lista. Es preciso recordar que Kanhweiler contaba con 23 años cuando abrió su “galería” en un modesto local en la calle de Vignon.

Claro que el arte no era en aquel momento el gigantesco negocio e instrumento de especulación que es hoy día. Era ciertamente un universo más pequeño, con muy pocos acólitos. Sin embargo, en cuestión de unos años y para fortuna de los involucrados, el arte empezaría a formar parte de las carteras de inversión de bancos y especuladores de todas las estirpes.