La Alianza Francesa en Costa Rica es un punto de encuentro cultural

La casa que ocupa en barrio Amón comparte características con los valores y el estilo de la organización

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La fórmula es sencilla: tome la cultura de su país e invite a ciudadanos de otros países a recibirla y administrarla como les parezca mejor. Así trabaja la Red de Alianzas Francesas en todo el mundo desde hace 130 años, y en Costa Rica desde 1947.

Para conseguir que su esquema funcionara, la organización se armó con reglas vanguardistas o “estatutos que le permiten adaptarse y acompañar la evolución de las sociedades, al declararse apolítica, laica e inclusiva”, dice Mathilde Vanmansart, directora de la Alianza Francesa de San José.

Y aunque su primera tarea es impartir lecciones de francés para sostener su operación, parte de su adaptación se logra abriéndose a las manifestaciones culturales de la nación que la recibe.

Ese es uno de los atributos principales que destaca Gabriel Macaya, catedrático de la Universidad de Costa Rica. “La Alianza da dos tipos de aporte: la enseñanza de la lengua francesa y la presencia de la cultura francesa en el país, pero mediante mecanismos para lograr sinergias culturales entre los dos países. Desde que tengo recuerdo, parte de mi vida estuvo ligada a la Alianza y su desarrollo”, asegura.

Su padre era Enrique Macaya Lahmann, quien fue presidente de la junta directiva de la Alianza Cultural Franco-Costarricense, haciendo así honor al objetivo de la Red, que es entregar la política cultural de su país “a extranjeros que aman la lengua francesa y la quieren difundir”.

Otra de esas entusiastas es Adriana Collado, directora del Teatro Nacional, para quien la Red de Alianzas Francesas es una de las grandes obras que Francia le ha heredado a la humanidad.

“Su estrecho vínculo con la comunidad artística y cultural de nuestro país, ha dado lugar a una maravillosa hibridación, donde la creatividad francesa y costarricense entra en diálogo y se da la mano para crear obras en común. Ejemplo de ello es su presencia en el marco de espacios como el Festival Internacional de las Artes”, afirmó Collado.

La experiencia de la artista Cristina Fournier mezcla afinidad familiar con la cercanía cultural. “Siendo mi padre Fabio Fournier co-fundador de la Alianza Francesa en Costa Rica y asiduo colaborador, crecí asistiendo a las clases. Este centro cultural ha servido de foro para conferencias impartidas por prominentes personalidades internacionales como Thor Hierderdahl , Aarón Talzief y Vernier, Claude Baudez, además de pensadores costarricenses como don Abelardo Bonilla, don León Pacheco, don Francisco Amighetti, doña Hilda Chen Apuy y muchos otros más”, relató la pintora.

También el excanciller y actual ministro de Comunicación, Enrique Castillo asegura que “la Alianza Francesa ha jugado un fuerte papel en la divulgación de la civilización francesa entre los costarricenses y ha sido inspiradora de ideales y valores como la libertad, el arte en muchas de sus manifestaciones, los derechos humanos y la paz”.

Casa y símbolo

Otra forma de dejar huella en el país ha sido la conservación de su sede principal, en barrio Amón, donde han introducido tecnología educativa de avanzada –como pantallas táctiles– en armonía con la arquitectura tradicional, como ha hecho Francia con sus edificios históricos.

“Trabajamos mucho en el mantenimiento y valorización de la casa, porque creemos en preservar este patrimonio, valorar la belleza: es una casa del siglo XIX, pero no por ser vieja no funciona”, subraya Vanmansart al confirmar el arraigo de esa identidad europea en tierra tica.