Lanzan herramienta contra el ‘maquillaje verde’

Norma de Inteco para etiquetado ambiental dará una opción para diferenciar a los productos con características comprobables en sostenibilidad

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Una nueva norma de etiquetado ambiental busca el aumento de la transparencia en la comunicación comercial de productos y servicios hechos en Costa Rica.

El documento es el INTE/ISO 14026:2018: Etiquetas y declaraciones ambientales. Principios, requisitos y directrices para la comunicación de información sobre huellas. Es publicado por Inteco y no es certificable, sino que sirve como guía obligatoria para el Programa Nacional de Etiquetado Ambiental, y tiene reconocimiento internacional. Su acatamiento es voluntario.

La iniciativa responde a la quejas sobre informaciones falsas, manipuladas o no comparables, que pueden inducir a los consumidores a error y que también funcionarían como publicidad engañosa.

A esto se le conoce como green washing o maquillaje verde, y es una forma desleal de competir y obtener clientes.

Diego Cordero, gestor de proyectos de normalización de Inteco, confirmó que en Costa Rica circula gran cantidad de productos que se etiquetan como amigables con el ambiente.

“La norma promueve la comunicación asertiva del mejoramiento ambiental de los productos y estimula la demanda y el suministro de artículos que afecten en menor medida el medio ambiente. Asimismo, las empresas que tengan interés de exportar sus productos a mercados globales, podrán comunicar sus huellas ambientales siguiendo una norma internacional”, comentó Cordero.

Para las empresas que cumplen estándares ambientales, este recurso es un aliado, pues les permitirá diferenciar efectivamente sus valores agregados. Silvia Chaves, presidenta de Florex, atribuyó a un proceso de ecoetiquetado la capacidad de demostrar que muchos productos competidores de su marca no pueden certificar y comprobar sus impactos.

“El ecoetiquetado le permitirá a los consumidores confirmar que verdaderamente los productos que consume son realmente amigables con el ambiente y generará así una ventaja competitiva para las empresas que podemos comprobar la sostenibilidad de nuestros productos, como es el caso de Florex”, subrayó.

Para el Estado, también será una guía en el proceso de compra de bienes y servicios, en función de los objetivos de desarrollo, el plan de descarbonización y metas ambientales similares. Y la norma también juega un papel importante en el cumplimiento de requisitos para el ingreso del país a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Shirley Soto, de la Dirección de gestión de calidad ambiental (Digeca) del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), aseguró que los efectos de la norma deberían traducirse además en una mejor reputación internacional para los productos hechos en el país que obtengan la etiqueta.

“Costa Rica tiene muy buena imagen ambiental a nivel internacional, pero hasta el momento no hemos sido efectivos transmitiendo esa buena imagen país a los productos o servicios que brindan las empresas de Costa Rica. Teniendo una norma internacional para estandarizar la comunicación de huellas ambientales, las empresas de Costa Rica con productos de exportación con buen desempeño ambiental se van a ver beneficiadas”, afirmó.

El Programa Nacional de Etiquetado Ambiental y Energético fue oficializado en la Gaceta el pasado 13 de mayo, en el Alcance N° 106, con el Acuerdo 006-2019-MINAE.

¿Cómo funciona?

Para cada afirmación sobre características ambientales, la norma obliga a tener respaldo científico, derivado de un estudio que cumpla con estándares de calidad y cuyos resultados estén accesibles y sean fáciles de comprender para el público general.

Por ejemplo, si en adelante una empresa quiere afirmar que es “agua neutral” deberá contar con los estudios independientes que certifiquen esta condición y colocar un acceso fácil a esos datos, como parte del etiquetado (por ejemplo, un código QR). Además, la información debe ser de uso gratuito.

La guía también establece una prohibición para hacer afirmaciones generales cuando la característica corresponda a una parte del ciclo de vida del proceso. Por ejemplo, si un empaque comenzará a descomponerse tras su exposición a ciertas condiciones ambientales o una cantidad de años después de su producción, en su etiqueta deberá especificar que es biodegradable específicamente en esas condiciones y tiempos.

Estas especificaciones buscan que se genere una ventaja competitiva real para las empresas y productos con desempeño ambiental superior. Karla Chaves, directora de la plataforma de reciclaje ecoins, que reúne iniciativas sostenibles, hizo énfasis en la relación de mutuo beneficio entre comercio y cliente, que se genera con este tipo de etiquetas.

“Cada vez son más los consumidores que toman decisiones de compra basados en cómo se alinean sus valores personales y los de las empresas. Según los estudios de comportamiento del consumidor, los valores ambientales están en la lista de los cuatro temas más relevantes globalmente. De tal forma que esta norma que declara huellas ambientales y ciclo de vida del producto apoyará más objetivamente las decisiones de estos consumidores, al tiempo que fortalece los procesos de compras públicas y de empresas privadas, para hacerlos más sostenibles”, enfatizó.

RECUADRO

Para el consumidor

El Minae sostiene que la entrega de etiquetas ambientales beneficiará en particular a los consumidores finales, conscientes y sensibles ante el consumo sostenible.

Para las autoridades, las etiquetas evitarán que los compradores sean víctimas de manipulaciones ambientales, de maquillaje verde, de enunciados vagos o ambiguos hechos para confundirlos.

Esto redundará en mayor claridad al consumidor final para escoger productos o servicios que realmente beneficien al ambiente.

Fuente: Digeca, MINAE