Las bicicletas de uso libre ya circulan en Nueva York

Nueva York lanzó su programa de servicio de bicicletas para uso libre

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Tras París, Londres, Barcelona o Montreal, Nueva York lanzó este lunes su programa de servicio de bicicletas para uso libre: desde ahora, 6.000 bicis van a circular junto con los autos y los taxis en la ciudad que nunca duerme.

Las bicicletas urbanas (citi bikes), de color azul, se reparten en 333 estaciones desde Manhattan a Brooklyn. El programa está previsto que incluya finalmente 10.000 aparatos y 600 estaciones, lo que convertiría al sistema de Nueva York en uno de los más importantes del mundo, tras la ciudad china de Hangzhou (que cuenta con 60.000 bicis) y París (más de 20.000 "vélibs").

Unos 14.000 impacientes aficionados ya habían contratado el abono anual (al precio de 103 dólares) antes del lanzamiento del programa, que se desarrolló sin incidentes, excepto por el robo de una bicicleta.

Uno de los primeros usuarios, Alex Nash, estaba encantado tras haber llegado a Union Square para ir a tomar la primera bicicleta a las 8:30 de la mañana. "He tenido un poco de problema para volver a meterla en la terminal, pero aparte de eso es muy fácil", contó.

Como muchos otros, este joven informático de Queens está decidido a utilizar las bicicletas de uso libre para trasladarse en Manhattan.

La instalación de las bicicletas urbanas, que van a transformar los hábitos de transporte y el paisaje urbano, no ha sido aceptada con gusto por todos y algunos neoyorquinos no están contentos de ver desaparecer plazas de aparcamiento mientras que otros denuncian que las terminales de las bicicletas son poco estéticas.

El nuevo sistema ha desatado un debate sobre el riesgo de esta nueva covivencia entre los automóviles y las bicicletas, en una ciudad que no es especialmente conocida por su paciencia.

El alcalde Michael Bloomberg, que inauguró el lunes el programa junto a la adjunta a transportes Janette Sadik-Khan, reconoció que será necesario "un poco de tiempo para los conductores, que pasa por habituarse a miles de bicis más en las calles", y recomendó prudencia a los ciclistas.

El principio es el mismo que en la mayoría de las ciudades que han adoptado estos últimos años esta forma de transporte más ecológica: el aficionado saca un ticket para una jornada, una semana o un abono anual, para trayectos limitados a 30 o 45 minutos, pagando de forma adicional más allá de ese tiempo.

El programa debía haber sido inicialmente lanzado en Nueva York en julio de 2012, pero debió de ser retrasado en dos ocasiones, primero debido a problemas con el software y después debido a las consecuencias del paso del huracán Sandy, que inundó algunos equipos en octubre pasado.

Numerosas ciudades en el mundo han adoptado en los últimos años este modo de locomoción, entre ellas París, Montreal, Londres, Barcelona, Tel Aviv, Washington, Melbourne, Milán, Estocolmo o Sevilla.