Leonardo Perucci comenta el estreno de la obra La casa de los espíritus, en el teatro Espressivo

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

El actor y director de teatro Leonardo Perucci se presenta con una sonrisa amplia y de inmediato nos invita a pasar a la sala de su casa; donde su actitud y gestos adelantan que el estreno de La casa de los espíritus fue para él una experiencia positiva, así que esta conversación también lo será.

Su primera declaración lo confirma: “La obra me tocó en particular, porque tiene que ver con un asunto de formación. Yo soy chileno y obviamente la novela de Isabel Allende es una obra chilena con la particularidad de haberse convertido en universal, gracias a la calidad de sus personajes, al nudo dramático de la misma novela, y me parece que esta es una muy feliz adaptación al teatro”.

Allende, además de ser chilena como Perucci, es apenas menor que él, por lo que comparten la experiencia de haber vivido el golpe de Estado de 1973 siendo adultos y desde posiciones políticas diferentes a las que tomaban el poder en su país. Entonces, antes de hablar de teatro, es necesario hacer una introducción sobre literatura e historia.

“Me recuerda cosas que conozco muy bien, por ejemplo, los dueños de los grandes latifundios chilenos, que históricamente se han comportado como se comporta Trueba, el protagonista. Entonces para mí fue una especie de ayuda memoria de la historia de Chile, además de que se refiere también al lamentable suceso del golpe de Estado y de cómo esa clase patronal, agraria, por darle un nombre –o por no decirle la derecha chilena– fue la que realmente financió –de alguna u otra manera– el golpe militar y recibió su castigo horrible. En algún momento de la pieza, el protagonista dice ‘yo me he hecho mi propio destino’”, reflexionó Perucci.

Esa noche feliz

El montaje de La casa de los espíritus es un proyecto del teatro Espressivo, parte del grupo que con esa marca lidera el empresario Steve Aronson. Para poner en escena el texto de la dramaturga Caridad Svich, bajo la idea original del también director de la obra José Zayas, Espressivo aportó los recursos técnicos y recurrió a patrocinadores cuyos aportes permitieron trasladar el realismo mágico de las páginas a las tablas.

Perucci analiza la propuesta con el conocimiento que le otorgan sus particularidades: nacionalidad, experiencia actoral, currículo de director y, sobre todo, amante del teatro.

“Por ahí tengo algunas objeciones desde mi punto de vista de director, con el casting , pero bueno, eso es lo de menos. Hay muy buenas actuaciones. Me sorprendió mucho... bueno, en realidad no me sorprendió porque sé que es muy buena actriz, pero estuvo muy bien Rocío Carranza, muy bien. Muy buena la actriz chilena, la encontré excelente, una muchachita muy joven (Natalia Miranda), que hace el rol protagónico. En general hay un nivel de actuación muy bueno, es un nivel alto”, dijo.

La diferencia de opiniones con el director se reduce a los detalles en la elección de actores (o actrices), que no reveló. Por lo demás, la dirección ejercida en dúo por Zayas y Steiger recibe calificación notable.

“Aquí me parece que se produjo felizmente algo parecido a lo que hace muchos años hizo la Compañía Nacional de Teatro con Murámonos Federico , la novela de Joaquín Gutiérrez, que la convirtieron a obra de teatro y fue un traspaso muy feliz. Está muy bien resuelta, el director es muy bueno, me encantó”, subrayó Perucci.

“¡Ah! Y hay otro elemento extraordinario”, exclamó cuando ya se planteaba otra pregunta. “Es el perro de la protagonista, Barrabás, que me imagino que lo trajeron de Nueva York. Es un personaje más y está manejado en vivo, ahí no hay truco, está el actor al lado del perro y lo hace caminar, pero uno entra en esa convención y a mucha gente la fascinó, el perro se llevó aplausos. Al minuto de aparecer este perro, que es un elemento de utilería, obviamente, ya a vos te dejó de importar que sea de utilería y entraste a ver a un Barrabás tierno, chineado, enojado, muy educado y fiel a su patrona. Entonces cuando se muere Barrabás, se ven los elementos teatrales impagables”, subrayó.

Tecnología y dramaturgia

Más allá de la marioneta de perro que encantó al público, el uso de elementos tecnológicos fue una de las características más llamativas para el chileno, tanto por el aporte de innovación a la puesta en escena, como por el uso correcto, que Perucci considera justo y suficiente.

“El aspecto multimedia me encantó. Yo diría que la modernidad de la puesta fue lo más cautivante, sin restarle mérito a las actuaciones, a la música, la escenografía, la utilería, todo eso, es una obra muy bien movida”.

Algunos de los recursos que destaca Perucci son la utilización de micrófonos, la proyección de espacios y la inclusión de acercamientos de los actores hechos en directo. “Cuando empieza la obra se ve un despliegue de recursos que pocas veces vemos en nuestros escenarios. Una muy buena utilización de los conceptos de iluminación, bueno ahí estaba Jody Steiger que no cabe duda es una de las mejores iluminadoras que tenemos en el país, con la cual he tenido la suerte de trabajar en el Concierto de San Ovidio , para la Compañía Nacional de Teatro, cuando yo dirigí la obra. Y conozco también a Pilar (Quirós) que me hizo la escenografía en esa obra. O sea, es un dúo con el que uno va a la segura. Estaba Carlitos Escalante en el aspecto musical”, comentó.

Para el presentador de Giros , el mérito técnico es compartido entre los profesionales y la sala. “ Es una de las más modernas que tiene San José y me atrevo a pensar que Centroamérica. Para hacer teatro tiene todo los elementos y además tiene un equipo técnico entrenado para eso, al cual conozco muy bien de cuando hicimos ahí el Romancero gitano en el Espressivo”, recordó.

Con las condiciones dadas, Perucci asegura que la gran ganadora es la relación historia-multimedia. “Muchas veces cuando se usa tanta cosa multimedia esos elementos se comen la pieza, así que el mérito también de esta obra es que hay un equilibrio perfecto, no molesta, se hace partícipe de la intesidad dramática de la obra, justamente. En definitiva, creo que fue una noche de triunfo para el Espressivo y ojalá el público responda. En general, es una noche feliz de teatro”.

Para pensar

“Creo que alguien que no ha leído la novela va a ver una excelente obra de teatro, porque es una dramaturgia tan buena que une trozos de escenas de la vida y uno se ubica perfectamente. Por ejemplo, el personaje de la nieta es totalmente actual, es el más cercano temporalmente hablando, y está presente durante toda la obra, es la relatora, entonces no hay dónde perderse”, explica Perucci.

Aunque en los primeros minutos el público puede desconcertarse, para él ese es uno de los recursos del estilo, que obliga a la gente a pensar.

“El teatro, aparte de ser un medio de comunicación, nos hace reflexionar, nos hace pensar en forma individual, desnuda la sociedad que estamos viviendo y nos hace cuestionarnos. Creo que esa es una tarea importantísima que lo diferencia del teatro vacío, al que uno va, se ríe porque salió el otro imitando a un gay y el otro imita un nica. Y nos morimos de risa. No, esta es una obra en la que la gente tiene que pensar, felizmente, y discutir”, comentó.

Con esta forma de pensar, Perucci está en los preparativos de dos proyectos que comenzarán en varios meses y obligarán a su público a debatir y analizar: la obra del inglés Harold Pinter La colección , y una mezcla de Danza macabra y La más fuerte , del sueco August Strindberg. El trabajo por ahora se limita a la lectura y planificación más individual, mientras otros se dedican a la búsqueda de fondos, pues el actor y director sigue incapacitado debido al tratamiento de un cáncer linfático.

“Es muy rico, porque estar metido en proyectos lo mantiene a uno activo”, aseguró. Lo emocionan las posibilidades, se imagina en escenarios por todo el país, quiere que la próxima noche feliz de teatro, sea suya.

Sin cáncer

Controles por cinco años

“Hace cuatro meses fue la última sesión de quimioterapia y después de eso hubo un TAC que arrojó que ya se fue el bicho, entonces salimos de esta. No sé por cuanto tiempo, pero ya salí, y eso es gracias al cariño de la gente, que fue la mejor quimioterapia”, contó Perucci. Él continúa incapacitado debido al cansancio asociado a las secuelas de la quimioterapia, que le impide retomar por ahora el ritmo de vida asociado a su trabajo como presentador de la revista matutina Giros .