Luego de permanecer cerrada un mes, la Librería de la UCR reabrió sus puertas con cambios en las instalaciones, en el personal y en la estructura organizativa.
Desde que abrió sus puertas, hace 12 años, el negocio no ha alcanzado la estabilidad idónea. Aunque la meta directa no es hacer crecer el negocio con la venta de libros, sino ser un espacio permanente de venta para los autores costarricenses, como cualquier negocio tiene que ser rentable para mantenerse, explicó Alberto Murillo, director de la Editorial de la Universidad de Costa Rica.
La mayoría de los problemas estaban en una desorganización interna, la falta de control y las malas prácticas entre los empleados.
Hace poco más de un año, realizaron una auditoría externa para focalizar las zonas más complicadas y encontrar soluciones. Tras debatir si valía la pena mantener el negocio o cerrarlo, la Comisión de la Editorial decidió cerrar un mes (del 11 de febrero al 10 de marzo), despedir a los siete empleados, remodelar y renovar la estructura.
Hoy trabajan cinco personas nuevas, profesionales capacitados para su área, además se implementó un nuevo sistema contable y se redujo el horario.
A nivel de imagen, uno de los principales cambios es que ya no se llama "Exposición permanente de la edición costarricense", pues pasó a llamarse como la mayoría de su público lo hace desde que existe: "Librería de la UCR".
Además, las instalaciones se renovaron para aprovechar mejor el espacio de exhibición y tener un mayor control visual de los clientes, pues estaban registrando pérdidas importantes por robos.
Murillo estima que para el 2015 la Librería estará estable a nivel financiero.
El negocio vendió 43.000 libros en el 2013, de los cuales un 42,53% son de la Editorial de la Universidad de Costa Rica y 37,19% de autores independientes. El porcentaje restante son libros de la Editorial Costa Rica, la del Tecnológico de Costa Rica, la de la Universidad Estatal a Distancia, entre otras.