Más centros son alternativa ante gimnasios

Compiten con técnicas no tradicionales

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

“Aquí no se realiza ejercicio, se juega”. Así describe Melania Fernández, bailarina y profesora de danza y yoga, las actividades que se desarrollan en Andamio Escuela Movimiento, el centro de acondicionamiento físico que fundó hace un mes.

Fernández utiliza un espacio de 268 metros cuadrados, ubicado en Zapote, para impartir lecciones de disciplinas poco conocidas como AntiGravity Yoga (yoga aéreo), yoga para niños y ballet de piso, entre otras.

Con poco tiempo en operación, el centro ya cuenta con 77 visitantes semanales.

Otro negocio de acondicionamiento físico que abrió sus puertas hace apenas unos días es Rowing Studio, especializado en clases de remo.

Luis Jiménez, propietario del local de 75 metros cuadrados ubicado en la plaza comercial Momentum Pinares, detalló que en su apertura se invirtió cerca de ¢15 millones y a la fecha atiende a unos 80 clientes.

Al lado de estas dos nuevas opciones, últimamente el país ha presenciado el surgimiento de centros de entrenamiento alternativos a los gimnasios tradicionales.

Vida Óptima, Cardio Center y Bienestar Psico Físico son solo algunos negocios que hacen eco de la nueva tendencia.

Se trata en su mayoría de locales de pequeñas dimensiones, especializados en disciplinas no tradicionales (yoga, crossfit , remo, belly dance, pool dancing , etc.) y enfocados en la atención personalizada de ciertos nichos.

Por ejemplo, en Vida Óptima –que imparte clases de zumba, aeróbicos y danza contemporánea, entre otras– el foco es la población adulta y adulta mayor.

El costo mensual de este tipo de propuestas es similar al de la membresía que se cobra en gimnasios, ya que varía entre los ¢10.000 y ¢40.000, aproximadamente.

En contraste, una de las principales diferencias radica en la cantidad de clientes que recibe.

Mientras gimnasios como Multispa, Gold’s Gym, Curves y George Angulo Fitness anuncian expansiones que buscan acaparar miles de usuarios, los nuevos centros manejan decenas y unas pocas centenas de miembros.

La visión integral del entrenamiento (cuerpo, mente y espíritu) es otras de las características distintivas de estos negocios.

¿Por qué el auge?

De acuerdo con la Encuesta Mundial de Fitness 2012-2013 –elaborada por la Universidad de la Medicina del Deporte de EE. UU.–, los programas de ejercicio para adultos mayores, la zumba, el yoga y el entrenamiento funcional son algunas de las 20 principales tendencias de la industria para este año.

Lo anterior va en detrimento de actividades que no aparecieron en el top como spinning y entrenamientos de un solo deporte.

Para Milena Esquivel, directora del centro Bienestar Pisco Físico, el crecimiento de este nicho responde a clientes que buscan atención más personalizada a costos razonables.

Además, la combinación con terapias psicológicas, fisioterapia, masajes y tratamientos estéticos representan un valor agregado para el auge.

“La cuestión hoy en día, ya no consiste en verse muy musculoso si no sentirse saludable esbelto o fitness”, comenta Marisol Ballestero de Cardio Center, en Heredia.

Con ella coincide Melania Fernández, quien opina que la búsqueda de espacios más íntimos donde el profesor ofrezca retroalimentación detallada también ha contribuido con la tendencia.

A pesar del buen momento, la competencia no será fácil, pues los gimnasios tradicionales parecen haberse dado cuenta de las nuevas dinámicas.

Muchos de ellos ya están incorporando a sus clases permanentes diversos tipos de yoga, baile, crossfit y entrenamientos en circuitos.