“Me encanta la computación”

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La niña Yolanda es modelo de un retiro feliz para sus nietos Carlos, Gastón, Alfredo y María José Monge, de Grupo Monge, pues supo combatir la tristeza de una jubilación no planificada.

“Después de trabajar siete años como maestra y 23 como directora de escuela me pensioné. Pero cuando llegó el día yo no me quería ir ¡el trabajo me llenaba tanto! Al principio lloraba mucho y me sentía muy triste”, relata.

Su respuesta a esos momentos difíciles fue mantenerse ocupada: “Yo había leído muchísimo sobre las señoras que iban a meterse a la casa de sus hijos a querer dar órdenes, como si fuera su casa. Por eso, inmediatamente me metí a clases de guitarra, ¡me sé como 300 canciones! También llevé en diferentes momentos clases de teclado, de pintura, de inglés y de computación, ¡me encanta la computadora!”, dice esta usuaria activa de Facebook.

Un accidente cerebrovascular ha disminuido sus posibilidades para tocar los instrumentos que tanto le gustan, pero cuando no pudo usar su mano derecha para pintar, aprendió a hacerlo con la izquierda.

“Camino un poquito todos los días y me tomo las medicinas para sentirme bien. Todo lo voy haciendo como puedo, sin forzarme y con la ayuda de la gente que está conmigo y de la familia, que está pendiente de mí”. También mantiene relación con las maestras de su escuela y exalumnos.

Su recomendación para las personas que están por jubilarse se resume en una palabra: flexibilidad. “Hay que oír cómo es la vida ahora y aceptar los cambios ¡el mundo no va a cambiar para una persona! A uno tiene que gustarle lo que le tocó vivir, pero también hay que ir adaptándose”.