Modere el uso de la tecnología en el corazón de su casa

Comuníquese cara a cara con la familia

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La escena ya no es ajena para nadie: papás que, sin importar el escenario, parecen no poder evitar estar más pendientes de sus celulares que de sus propios hijos.

Esta parece ser una evidencia de que las nuevas tecnologías amenazan también con fracturar las relaciones familiares.

Esa es una de las conclusiones de una reciente investigación publicada por la revista Pediatrics .

Tras hacer un seguimiento a 55 grupos familiares, los autores encontraron que casi en el 75% de los casos, los adultos utilizaban dispositivos móviles durante la comida con sus niños.

El grado de interacción con los dispositivos iba desde no sacar el teléfono o ponerlo sobre la mesa (menos del 10% de los casos) hasta usarlo casi en forma constante, lo que ocurrió en 40 casos.

Las respuestas de los pequeños fueron variadas: aceptaban la falta de atención, se entretenían solos, jugaban con otros niños, reaccionaban con angustia o hacían una pataleta.

Esteban Levin, sicoanalista argentino de la Universidad de Buenos Aires, y quien recientemente asistió en Colombia a la conferencia “Infancia y subjetividad”, de la Universidad Icesi, cree que dichas prácticas significan, un paso hacia la ruptura entre una generación y otra.

El sicoanalista aclara que no se trata de satanizar la tecnología, sino de llegar a un punto donde esta se adecue a la familia y no la familia a ella.

Según la costarricense Maricruz Coto, especialista en temas de familia, tanto los padres como los hijos abusan de la tecnología y esto provoca serios problemas en la comunicación.

“En varias ocasiones, cuando las familias o parejas llegan a mi consultorio, me puedo dar cuenta de que muchos de los conflictos que existen se dan por el uso del celular”, explicó Coto.

Para la especialista, si la tecnología se usa de forma positiva puede beneficiar la comunicación, pero no se puede limitar solamente a esta vía.

Otro error que señaló la costarricense, es que muchas veces los padres utilizan el televisor o el celular para que sean como la “niñera” de sus hijos.

Por su parte, la siquiatra Liliana Betancourt, jefa de la Unidad de Salud Mental del Instituto de Ortopedia Infantil Roosevelt, considera que el mal manejo de la tecnología en las familias afecta el desarrollo emocional de los pequeños, impactando en su proceso de socialización.

“En la medida en que los padres centren su atención en la tecnología, pierden la oportunidad de establecer contacto visual y de detectar expresiones faciales que comunican un mensaje de la vida de sus hijos”, dijo Betancourt.

Con estos comportamientos, se les da a entender a los pequeños que los momentos de compartir en familia no son importantes y que no es necesario respetar la presencia del otro.

Aunque no hay tiempos descritos para el uso de la tecnología en familia, es importante que en cada hogar existan lineamientos sobre la utilización de esta.

El siquiatra Rafael Vásquez especialista en niñez y adolescencia, advierte que, a cualquier edad, los niños son capaces de percibir la ausencia de diálogo y las expresiones de cariño.

“Desde muy pequeños perciben que su papá o mamá dejan de hablar con ellos para conversar por teléfono. No es que sea un asunto de muerte, pero eso no quiere decir que no sea importante, porque la conexión emocional genera confianza, agregó.