Las personas orgullosas son percibidas como mejores líderes que las animadas, en especial si son mujeres.
A esta conclusión llegó un grupo de investigadores del Technische Universität München (TUM) que, liderados por Isabell Welpe, estudiaron los mecanismos que influyen en la selección de líderes en empresas y entes académicos.
En cambio, las mujeres que eran percibidas como alegres y animadas eran juzgadas como personas poco dispuestas a liderar.
Las mujeres que quieren incrementar su liderazgo deben tener varias cualidades, como habilidades de negociación, fortalezas en redes de contactos y una carrera profesional ascendente. Pero esto no es suficiente”, dice Welpe.
Hay estereotipos que se asocian con los líderes, como asertivo y dominante. Las mujeres más bien son vistas como mediadoras y amigables”.
Su estudio reveló que los estereotipos no terminan ahí.
Los investigadores también vieron que un mismo comportamiento emprendido por un hombre y por una mujer en una posición de liderazgo equivalente puede ser entendido y calificado de forma distinta, en especial, si los subalternos son mujeres.
Por ejemplo, las mujeres líderes que no delegaban la toma de decisiones eran juzgadas más negativamente que los hombres que hacían lo mismo.