Nieto del emperador de Japón perpetuará la dinastía más antigua del mundo

Su prima, la princesa Aiko, no entra en la línea sucesoria por ser mujer, a pesar de ser hija del príncipe heredero Naruhito

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Hisahito, un niño de seis años, será el encargado un día de perpetuar la dinastía más antigua del mundo ya que, a diferencia del Reino Unido, las mujeres tienen vedado el acceso al trono. Es hijo del príncipe Akishino y único nieto varón de Akihito, actual emperador de Japón.

El príncipe heredero Naruhito es padre de una niña, Aiko, que por ser mujer no entra en la línea sucesoria.

El nacimiento de Hisahito el 6 de septiembre de 2006 fue un acontecimiento y, sobre todo, un gran alivio para Japón. Hasta ese día, en la familia imperial, de 22 miembros, había sólo ocho princesas y ningún varón.

De no modificarse las reglas de la sucesión, Hisahito será el único capaz de impedir la extinción de la dinastía, cuyo origen se pierde en las tinieblas del tiempo. Para eso, Hisahito -que por ahora gasta sus pantalones cortos en los bancos de la escuela primaria de de la Universidad de Ochanomizu de Tokio- tendrá que tener un día un hijo varón.

La vida de Hisahito transcurre por ahora lejos de la agitación mediática, al igual que el resto de la familia imperial, cuyos hechos y gestos son cubiertos en exclusiva por la Agencia de la Casa Imperial, con un centenar de funcionarios bajo el mando de un intendente quien, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, depende el primer ministro.

"La Agencia controla estrechamente la imagen y la palabra -en la casa imperial japonesa no hay fotos robadas ni paparazzi ni escándalos- por lo cual estamos reducidos a unas pocas apariciones rigurosamente codificadas (cumpleaños, año nuevo, etc.)", comenta el periodista especializado en la familia real Shinji Yamashita.

Para Yamashita, el principito lleva una vida normal en la medida en que eso sea posible para un futuro emperador del Sol Naciente, cuyo bisabuelo Hirohito era considerado antes de la Segunda Guerra como un semidios.

A diferencia de Hirohito, que salvó su trono pero resignó su poder al firmar la capitulación de Japón en 1945, Hisahito será un emperador sin poder y sin colonias.

Por el momento la Agencia de la Casa Imperial se ocupa de "novelar" y escenificar con imágenes la vida del pequeño Hisahito, insistiendo en los rituales que pautan la vida de un japonés a los tres y cinco años y a la espera de los siete y veinte, cuando acceda a la mayoría de edad.

Hisahito practica karate y bicicleta, se interesa en los insectos y durante las vacaciones empezó a estudiar los kanji, los difíciles pero indispensables ideogramas de origen chino.

En el palacio imperial se conserva la tradición, protegida por espesas murallas y enormes bloques de piedra, detrás de las cuales emergen algunos techos en pagoda.

"La familia imperial no busca los cambios. Sus miembros viven en conformidad con el país y deben reflejar los valores del pueblo japonés", resume Shinji Yamashita.