Producción de madera a la baja por exceso de trámites, impuestos altos y menor consumo

La cantidad de rollos de madera producidos cayó a la cifra más baja registrada

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Impuestos elevados, exceso de permisos y falta de costumbre en el uso de la madera han hecho que la industria forestal de Costa Rica disminuya su tamaño.

En el 2011 (el corte más reciente) se produjo un 15% menos de rollos de madera que en 2010. Esta cantidad es la más baja registrada en los últimos cinco años.

Además, un tipo de cambio bajo ha hecho que la importación crezca en un 26%.

Esta realidad, además de afectar a varios empresarios en toda la cadena productiva, desincentiva el uso sostenible de la madera.

Solo entre el 2008 y el 2011 se han perdido 5.000 empleados en el sector (reducción del 24%).

Sin cultura maderera

En los últimos tres años, la producción de madera en rollo en el país ha venido decreciendo al pasar de 1.229.331 metros cúbicos de rollo (m³-r) en el 2008 a 919.014 m³-r en el 2011.

Alfonso Barrantes, director ejecutivo de la Oficina Nacional Forestal (ONF), explicó que esta tendencia se debe a que se prefiere usar otros materiales para construir, pues se desconoce los beneficios de utilizar madera y se cree, por error, que no es una opción amigable con el ambiente.

Además, existen limitaciones de trámites para aumentar la tasa de reforestación anual y para reactivar el manejo sostenible de bosques naturales.

“La reforestación debe competir con actividades agrícolas y pecuarias más rentables, con menos requisitos reglamentarios y que generan retornos en el corto plazo”, añadió Barrantes.

Ama la madera es una de las empresas afectadas con esta coyuntura. Su propietario, Antonio Flores, comentó que utilizan solo maderas de plantación, nacionales e importadas. La elección de una u otra depende de lo que el cliente solicite y del clima donde se va a construir.

Flores estimó que en el país resulta hasta un 15% más costoso usar madera porque no existen incentivos.

“En Costa Rica, hay más madera plantada que piña y café, y aún así las casas de este material no alcanzan ni el 10%. Eso indica que el problema no es la materia prima, sino la logística empresarial”, afirmó el gerente.

Este empresario señaló como debilidades los impuestos desproporcionados que cobran algunas municipalidades, el exceso de permisos para sembrar árboles y la ausencia de formación en los profesionales.

“Ni una sola universidad da cursos sobre construcción en madera. Un país que consume su madera nativa se pone más verde, porque aprende a usarla bien y a reforestar”, comentó Flores.

La etapa seca que atraviesa esta industria afectó a Ama la madera, confirmó Flores, quien consideró el 2012 como “un año para olvidar” a nivel de ventas.

Barrantes, director de la ONF, añadió que incide también el bajo precio del dólar, que genera condiciones favorables para la importación de madera, principalmente de Chile y China.

“La falta de seguridad jurídica –dijo– provoca una baja en la competitividad de los productores nacionales, por tanto, los importadores encuentran una excelente oportunidad para posicionarse en el mercado nacional, supliendo las necesidades de la industria de la construcción y mueblerías, entre otros”.

Empleo podado

Este efecto se ve reflejado en toda la cadena de valor, incluido el empleo.

Del 2008 al 2011, la mano de obra se redujo un 24%.

La empresa Faber Castell (Maderin Eco S. A. en Costa Rica) cerró sus operaciones en el país a finales del año pasado y dejó sin trabajo a 200 personas.

Otros cierres que se han presentado son el de Plywood Costarricense en el 2009 y Masonite Costa Rica en el 2010.

La afectación se da en toda la cadena, que incluye la siembra, la producción de derivados de la madera, el transporte, el almacenamiento y la construcción.

El volumen de madera destinado a la construcción se redujo un 37% en tres años, el de transporte en un 21% y el de almacenamiento y comercio un 15%.

Ante este panorama, uno de los principales retos de la industria es cómo producir más con menos madera.

Así lo logró la empresa Tarima S.A., que adaptó su proceso de producción para aprovechar al máximo la materia prima disminuyendo la cantidad utilizada en cada embalaje que se usa en la exportación, detalló Arturo Pérez, gerente de la compañía.

Aunque las ventas se han mantenido estables en esta empresa, Pérez afirma que sí se siente una contracción de la oferta maderera nacional y esto ha afectado los márgenes de utilidad y ocasionó un aumento del precio de la madera.

“No tenemos por qué estar en esta situación, tenemos mucho potencial, pero hay que quitar trabas”, opinó Flores.