Richard Cubero: “Actualizarse es clave en las crisis”

Richard Cubero recuperó su negocio de fruticultura mediante la reingeniería y los alimentos funcionales

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El balance entre la academia y la gestión empresarial fueron las herramientas con las que Richard Cubero rescató la operación de su empresa Multifrut: pasó de exportar pulpa de frutas congelada a procesar y comercializar alimentos funcionales, con valor agregado y potencial comercial dentro y fuera del país.

Gracias a su experiencia, Cubero asegura que es posible levantar una empresa de la muerte, y que si bien resulta más fácil cerrar y vender todo, es mucho mayor la satisfacción –y la remuneración– provenientes de reinventar un negocio.

Las claves han sido el conocimiento académico, la especialización, el ahorro, la intuición, la selección estratégica de personal y la actualización permanente. Todo esto en compromiso permanente con la calidad.

Esta semana la empresa comenzará a comercializar sus cubitos de fruta, mediante un proceso ideado por Multifrut y con el objetivo de abrir oportunidades de alimentos funcionales al sector agrícola costarricense.

¿Qué fue lo que pasó con su negocio cuando debió cerrar?

Por muchos años el negocio fue rentable, siempre en el campo de las pulpas de frutas, pero llegó el momento en que mucha gente se metió en lo mismo y pasa lo de siempre, que los precios se vienen para abajo.

¿Por qué decidió seguir en el sector cuando la pulpa dejó de ser rentable?

Ya yo estaba con la planta actual, que es una inversión cuantiosa, y se presentaban dos opciones: o vendemos esto, que nadie va a pagarle a uno el valor real, o, producto de que yo también había sido una persona muy ahorrativa, entrar en un proceso de reingeniería, ver el panorama, buscar alternativas. Siempre fui muy cuidadoso con la materia prima, no caer en los facilismos y más bien tecnificar la empresa. Siempre me preguntaba por qué la industria está cayendo en el asunto artificial, ¡con la riqueza natural que tiene este país! La gente me decía ‘¿por qué te llenás tanto de máquinas si lo más fácil es hacer una jalea con sabores y colorantes y preservantes artificiales?’. Siempre fue mi interés proteger el producto y he sido un convencido de que eso es lo que debe hacer el país. Eso fue lo que me motivó: ¿por qué caer y desviarme a lo que todo mundo hace? Si yo me hubiera desviado, tal vez hubiera dicho que era mejor vender. Pero la intuición y el ahorro me dieron ese chance de seguir tratando.

¿Cómo llegó a los alimentos funcionales y al proceso productivo que tiene hoy?

En esa búsqueda me acerqué a Procomer, que me abrió las puertas en un programa muy interesante que se llamaba Conociendo el mercado, con conferencias todas las semanas explicando los diferentes TLC que tiene Costa Rica y ahí apareció el convenio con Chile. Yo me puse a llamar allá y me hablaron de un foro que ya tenía inscripción cerrada, pero por el interés que mostré me pidieron toda la información para valorar un cupo más. Eso fue un martes y el jueves me encontré la sorpresa de que no solo me habían aceptado sino que iban a cubrir mis gastos, porque era el tercero que organizaban y nunca había participado nadie de Centroamérica, además de que les gustó mi hoja de vida y mi experiencia.

Pero la tecnología de Multifrut es de desarrollo propio, ¿qué le aportó este foro?

Mire, yo de aquí me fui solo, no porque viajé sin acompañante sino porque aquí la industria iba por otro lado. El tema de alimentos funcionales apenas está arrancando en Costa Rica, pero llego a Santiago y me toca sentarme con empresarios de otros países y veo aquella situación tan interesante que fue una gran enseñanza para mí. Cuando terminó el curso, le dije al organizador: ‘Mire, a mí me interesa que esto se haga en Costa Rica, porque mi país es agrícola y esto le va a dar más valor agregado a nuestra producción’. Entonces me fui solo y volví acompañado, porque ese conocimiento respalda mi interés por cuidar el producto, desde la materia prima.

¿En algún momento consideró que esa información podía funcionarle como ventaja competitiva frente a futuros competidores, en lugar de compartirla con el sector?

¿Quiénes se benefician de todo esto? En primera instancia, mi empresa, porque si bien la tecnología es producto de nuestro ingenio, me ayudaron mucho todos los trabajos que ellos están haciendo. El campo es tan grande, que da para muchas empresas y para muchas personas. Además, es mejor estar en un sector económico fuerte, vamos todos juntos.

¿Cuál fue el papel de sus colaboradores en este proceso?

Cuando cerramos operaciones tuve que decidir con quién quedarme, y elegí a Michael Briones. Él ha demostrado que es la persona correcta para esto. Lo que pasa es que hay personas que tienen un entusiasmo, que se van desarrollando, y a veces es más valioso eso que otras cosas.

¿Ahora qué sigue?

La reingeniería debe estar lista antes de fin de mes, para que no se nos pase la cosecha de mora. En paralelo estoy trabajando con mi hijo, que es publicista, para salir con nuestra marca e imagen propias.

¿Reutilizó algo del proceso de producción anterior?

De hecho, estamos trabajando en la misma planta, estoy vendiendo 10 máquinas, tuve que comprar tres, pero el conocimiento del sector y mi formación profesional han sido muy importantes. Estoy aquí por mi profesión, que me ha permitido ver las oportunidades y aprovecharlas.

Los siguientes pasos para la consolidación del sector de alimentos funcionales, irán hacia el desarrollo de certificaciones de calidad y de procesos de calidad. Mientras tanto, Multifrut se abre campo como empresa que renació y se levantó de las cenizas, al abrazar la innovación cuando ya su modelo de negocio se había agotado.

La entrevista

Nombre: Richard Cubero Malavassi

Formación: Ingeniero agrónomo y tecnólogo de alimentos de la Universidad de Costa Rica.

Edad: 64 años.

Estado civil: Casado.

Trayectoria profesional: Propietario de Multifrut S.A. desde hace 30 años.