Sebastián Vásquez Vargas

Propietario de Monocafé, primer fabricante en Costa Rica de tablas personalizadas de skimboarding.

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Todo empezó porque no tenía tabla para practicar skimboarding y se cansó de pedirla prestada a una amiga. En el 2009 se decidió a hacer la suya.

Le comentó a su amigo Diego Marín, diseñador como él, que le ayudara a fabricar su tabla. Diego también quiso una para él. Probaron con madera de pino y resultó ser la ideal.

Hoy, lo que empezó como un pasatiempo se convirtió en Monocafé Skimboards, un negocio a punto de hacer sus primeras exportaciones.

El skimboarding es un deporte que se practica a la orilla del mar, con una tabla similar a la de surf. Se desliza en la parte que tiene la menor cantidad de agua. Hay dos tipos, uno que aprovecha las olas, y otro que se realiza en lo más plano de la playa. Es como patinar.

Sebastián dijo que en Costa Rica es un deporte emergente pero con un crecimiento vertiginoso. Por eso Monocafé es un negocio con mucho potencial.

Si bien, la fabricación de las tablas personalizadas se mantuvo como pasatiempo unos dos años, los pedidos cada vez más frecuentes de familiares y conocidos lo motivaron a tomar una decisión.

Sebastián se animó y le habló a Diego para iniciar el negocio. Como no han concluido sus estudios le dedican su tiempo libre.

Para iniciar, invirtieron su propio capital en la fabricación de tablas para principiantes e intermedios. Aún no han pensado en buscar financiamiento con créditos u otros inversionistas.

Todavía es una operación pequeña, de seis personas. Las ganancias que generan las capitalizan en la empresa.

Las instalaciones de Monocafé constan nada más de un taller. Comercializan sus productos a través de tiendas especializadas en línea y RocaBruja.

También reciben llamadas directas de interesados.

Aunque por ahora solo ofrecen tablas para principiantes e intermedios, realizan pruebas de fabricación de un prototipo para profesionales.

Sebastián y su equipo buscan continuamente nuevos materiales para que las tablas sean amigables con el ambiente y de paso, menos costosas.

Además, el cliente recibe un producto único.

“El proceso de confección de la tabla está guiado por los clientes, termina siendo casi como un tatuaje”, destacó Sebastián.

Su plan es vender fuera de Costa Rica. Monocafé hará una prueba de envío de tablas a Estados Unidos el próximo año, y luego a El Salvador y Chile.

Debido a su política de cero desperdicios, están experimentando con todos los residuos haciendo llaveros, patinetas pequeñas, libretas, y otros productos, para luego definir cuál de todos comercializarán.

El anhelo de Sebastián es que todos usen sus tablas en las playas de Centroamérica, y que, cuando alguien mencione Costa Rica o la frase “paraíso tropical”, piense en Monocafé.

En detalle

Formación: Estudiante de Diseño Industrial del Instituto Tecnológico de Costa Rica.

Fecha de nacimiento: 25 de mayo de 1991.

Trayectoria profesional: Aún no concluye sus estudios pero ya tiene su primer negocio.