El desembarco de la marca española Desigual marcó el inicio del Nueva York Fashion Week este jueves.
Con modelos simulando a veces pasos de un baile de rock y que enviaban besos al público, Desigual dio sus primeros pasos llenos de energía en la cita obligada de la moda neoyorquina.
La atmósfera era decididamente Desigual, con colores estampados, flores, muchos miniveestidos sin mangas y mini-pantalones.
También rayas, derivadas a veces en puntos, y grandes sombreros, para recrear un ambiente "muy de Provence, muy Saint Tropez en los años 70", según el director ejecutivo Manel Jadraque.
Las modelos sonreían detrás de sus gafas de sol, bailando a veces al ritmo de la música.
La colección también contó con piezas más sofisticadas y sobrias, abrigos de marfil con jacquard, faldas de seda negra plisada, pequeños detalles de algodón y encaje.
"Es el nuevo Desigual, más chic, más calmado, un poco vintage", explicó a la AFP Jadraque, en bambalinas, tras el desfile, precisando que era "prácticamente (Christian) Lacroix".
Hasta el próximo jueves 12 de septiembre en la Gran Manzana están previstos unos 350 desfiles, que se espera atraigan a unas 100.000 personas entre diseñadores, modelos, maquilladores, peluqueros, periodistas, blogueros, fotógrafos y, por supuesto, compradores y amantes de la moda en general.
A la Nueva York Fashion Week, le seguirán semanas de presentación de las colecciones primavera-verano 2014 en Londres, Milán y París.