Tecnología LED gana más terreno

Baja en precio dinamiza el mercado

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Las fuentes de luz LED –tecnología de luz sostenible que comenzó a desarrollarse hace poco más de 15 años en el mundo– es hoy una de las preferidas de los comercios, industrias y clientes residenciales que buscan ahorro y sostenibilidad.

La demanda de este tipo de tecnología en el país ha crecido un 200% en los últimos dos años, según comentó Laurence Vega, gerente de Sylvania, sobre todo por la equiparación de precios de los nuevos productos comparados con los bombillos tradicionales.

Hace cuatro años, un cilindro LED podía costar $60, pero ahora el precio máximo ronda los $16 e, incluso, dependiendo de la calidad y durabilidad del producto, se pueden conseguir en el mercado fuentes de luz LED desde $4.

Si se comparan los costos de bombillos tradicionales con bombillos LED, hace unos años los precios podían diferenciarse por casi el doble, por lo que solo una fracción de los consumidores tenía acceso.

Sin embargo, para el 2017, ambas fuentes de iluminación costarán lo mismo, asegura Alberto Carvajal, gerente de Tecno Lite, quien además admite que hoy en día las ventas de este tipo de energía representan 50% de los ingresos totales de su empresa, un porcentaje que ha crecido 25% en los últimos cinco años.

Este crecimiento se da principalmente por el ahorro que genera. Un bombillo de tecnología LED puede durar hasta 25 veces más de lo que dura un bombillo normal.

LEA: Eficiencia energética y energías renovables ganan adeptos entre empresas.

De esta forma, al sustituir la iluminación tradicional por iluminación LED, el consumo de electricidad cae de 50% a 80% según una verificación realizada por La Nación en el que se comparó un mismo patrón de consumo en ambos casos, con las tarifas actuales de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL).

Mucho más que ahorro

Además del ahorro, las luces LED no emiten radiación ultravioleta, no calientan tanto y se han integrado más fácilmente a otras tecnologías de luces inteligentes que las tecnologías de iluminación tradicionales.

Esto último resulta atractivo para las empresas que además de sostenibilidad, buscan ahorro.

Walter Westphal, gerente de Gessa, comentó que durante el 2015, como parte de un proceso de renovación de la experiencia de compra de los clientes en sus supermercados, instalaron 16.800 tubos de iluminación LED, a lo que unieron otras tecnologías de de luz natural para reducir el consumo de electricidad.

Empero, la iniciativa no solo permitió ahorrar energía. Westphal aseguró que la decisión ha generado resultados importantes en la reducción anual de emisión de CO2, equivalente a la conservación de 4.805 árboles, lo cual aporta también un beneficio de sostenibilidad.

Para Marco Tulio Meza, gerente de obras civiles del Banco de Costa Rica (BCR), la instalación de nuevas fuentes de luz no solo genera ahorro a la factura eléctrica, sino que permite que otros sistemas operen más eficientemente, reduciendo otros costos operativos.

En el caso del BCR, la implementación de tecnología LED de manera complementaria con sistemas más eficientes, ha contribuido a disminuir la capacidad requerida de los sistemas de acondicionamiento de aire, ya que irradian un menor porcentaje de calor, dando como resultado un ahorro global estimado en la facturación de energía de un 20%.

LEA: Bancos invierten más para tener operaciones sostenibles.

Empero, las fuentes LED no solo han adaptado a espacios cerrados de particulares y empresas.

Para la época decembrina, San José fue iluminada con 70.000 metros de mangueras de luces LED, instaladas por la CNFL.

Los 70.000 metros, que contienen 3 millones de puntos de luz, generarán un consumo de 20.000 kilovatios durante los 45 días en los que estarían presentes en las calles. Esta cifra, equivale a ¢3,5 millones de colones, según informó la CNFL a La Nación , la que admitió que, sin la tecnología, el gasto sería mucho mayor.

Creciente mercado

La migración de los clientes a estos sistemas ha hecho que ingresen nuevos competidores al mundo de la iluminación, aunque no estén necesariamente relacionados con la industria.

“Todos luchamos por el mismo socket ya instalado y por los nuevos puntos de luz que se van a instalar en el mercado. El cambio radical de la tecnología de la iluminación hace que otros sectores también quieran participar”, comentó Carvajal.

Estos nuevos competidores se ven además incentivados por la creación de nuevas partidas arancelarias que estimulan la importación de productos LED, no así, cuando se trata de importar productos de iluminación tradicional.

Sin embargo, los oferentes no siempre cuentan con la calidad y los servicios adicionales que brindan las empresas de iluminación tradicionales, valores agregados que les permiten mantenerse posicionados en el mercado.

Según Carvajal, solo el 20% de los nuevos competidores logran mantenerse en el mercado, sobre todo cuando se trata de comerciantes ajenos a la industria.

Por su parte, Vega afirma que la entrada de los nuevos oferentes sí ha afectado las ventas de las grandes empresas, pero la capacidad de retención de las pequeñas marcas es muy poca, lo que les permite seguir teniendo ventaja en el mercado.

Para él, al final del día, los clientes siempre regresan a quienes han llevado la batuta de la iluminación por años, dejando de lado el costo e inclinándose por mayor confiabilidad y por una mejor experiencia de compra.